- DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS -
No esperes nada especial de mí, y no te decepcionaré. Ése parece ser el secreto de la felicidad: en general, no equivocarte al elevar tus propias expectativas.

Al adentrarte en este blog, tan sólo advertirte que (suelo, prefiero y) me gusta pensar y opinar por mi mismo; lo que a veces no recuerdo muy bien es en qué orden se debe realizar ese proceso. Y claro, ...así me va. Aunque últimamente y con los años, procuro "controlar" cierto orden en todo esto, la verdad es que no siempre lo consigo. Unas veces pienso lo que digo y otras, digo lo que pienso. Discúlpame en estos últimos casos; ten presente que yo procuraré hacer lo mismo contigo.

Una cosa más: como supongo que sabréis por vuestra propia experiencia, inexorablemente llega una hora de la madrugada en la que, como en esos antros habitados por gente "impresentable", hay que irse del "chinguirito" o del pub .... Eso, o quedarse, pero siempre teniendo en cuenta las especiales circunstancias que empiezan a concurrir. Es cuando ya no distingues un gintónic de un Dyc con cocacola ni por la luz ni por el sabor. Es cuando quienes parecían, en principio, poco agraciad@s físicamente empiezan a tener visibles virtudes. Algo así como si los dioses te soltaran una indirecta: "venga chaval, que ya está bien ...".

Bueno, pues algunas veces tengo la sensación de que la creación de este peculiar blog es fruto de esos momentos de "chinguirito". Quizás por eso, la mayor parte de lo que encuentres en este peculiar lugar para la reflexión introspectiva es absolutamente arbitrario y accidental, con ese sano espíritu que unicamente suele emanar de los lujos de la Realísima Gana. Por lo tanto, se evidencia que aquí no hallarás razones para la ecuanimidad, para el estricto rigor o para la exactitud ni, me temo que mucho menos, demasiados motivos para el provecho personal.

Si ya decidiste quedarte en este garito un instante más, (que sepas que te lo agradezco pero) ten en cuenta todo lo anterior para no llamarte a engaños. Recuerda que: para lo edificante, ya están las constructoras; para las doctrinas, los salvadores de patrias; para el pensamiento único, las dictaduras; y para las risas, los monólogos de comediantes. Aquí sólo encontrarás ideas, equivocadas o no, mostradas con seriedad o con la "guasa" que me proporcionó mi cigüeña, derivadas de un mayor o menor grado de desnudez implícita; pero eso sí, salidas casi siempre del corazón, con pretensiones honestas y, las veces que se pueda,
bienintencionadas, respetuosas y nada dadas al puro adoctrinamiento.


no obstante, publico alguna otra cosa ¡¡¡ aunque sólo sea por puro equilibrio emocional !!!

miércoles, 1 de mayo de 2013

¡¡¡ ¿Perecear? !!!

   
El otro día descubrí una palabra nueva y me gustó el hallazgo. Es lo que tiene el idioma, que se actualiza, que se enriquece y se multiplica. De hecho, ese mismo día me enamoré de su significado. Y es un verbo; nada sugerente para ese tipo de pasiones. Quedé prendado de la acción que representa en su sentido positivo, que también lo tiene. Y resulta que ya lo venia desarrollando. Fititú. Supongo que va de serie. ¡¡¡ PERECEAR !!!.

Perecear (De pereza). tr. coloq. Dilatar, retardar, diferir algo por flojedad, negligencia o pereza. 



Perecean los que no dimiten, perecean los que no gobiernan, perecean los que no se manifiestan, perecean los que no hacen, perecean los que echan la culpa a los demás, perecean los que no crean, perecean los que sólo gritan o critican, perecean los que postergan, perecean los que no se mojan, perecean quienes no alimentan sueños, quienes se transforman en esclavos del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos. Perecean quienes no cambian de marca, quienes no se arriesgan vestir un color nuevo o no le hablan a quien no conocen. Perecean quienes no sacan a pasear su verdadero carácter, quienes no arriesgan lo cierto por lo incierto en aras de una idea sublime, quienes no huyen de consejos sensatos al menos una vez en la vida. Perecean quienes no viajan mirando por la ventanilla, quienes no leen, quienes no oyen música, quienes no encuentran interés en descubrirse a si mismos. Perecean, en suma, quienes solo sobreviven (malviven, mas bien) .....

Y dejan pasar el tiempo, porque el tiempo irremediablemente siempre pasa. Y entonces llega uno, un clásico, un maestro de los chascarrillos, y te dice eso de:
"Esto es como lo de los dos montones (tipos de problemas): el de los problemas que se solucionan con el tiempo y el de los problemas que no se solucionan ni con tiempo".
Y perecean más, y nos aburren; peor, nos cansan.

Pereceamos todos a veces, si. Pero dosifiquemos y escojamos bien nuestras perezas.


También perecea el que se sienta a reflexionar, el que se tumba con alguien y le acaricia, el que se toma el tiempo necesario para apreciar una puesta de sol, la sonrisa de un niño o una cerveza con los amigos, el que no discute con idiotas de idioteces, el que se pone a "ver" documentales de la 2 con animalitos mientras espera la desconexión de una reparadora siesta o aquellos que practican el ocio improductivo (ese que solo proporciona imputs válidos al que lo practica). Perecea quien se sienta en el banco de un parque con cualquier viejito en cualquier rincon de España y se limita a escuchar, quien se tropieza con unos ojos limpios y mantiene la mirada durante rato, quien se detiene a preguntar a ombligos ajenos lo que desean en cada momento, etc...; esos también perecean.


Pero, ¡¡¡ vaya diferencia de perezas !!

Así que perecead lo justo y necesario, pero hacedlo en positivo. Y si podéis, perecead con alguien, en una playa, en una cama, en un sofá, en un parque o frente a una cerveza. Tras perecear a gusto, se puede cambiar el mundo. Y se puede intentar todos los días. Solo es cuestión de interés y empatía.

ESTA REFLEXIÓN, un dia como HOY (1º de Mayo), ADQUIERE MÁS SENTIDO

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