Submarino Isaac Peral en La Carraca - S. Fernando (Cadiz) |
Existen episodios en la Historia
Isaac Peral |
Basil Zaharoff |
El submarino de Peral era otra cosa. En las exigentes pruebas que el Ministerio de Marina le obligó a pasar entre 1888 y 1890, navegó sumergido, tuvo un buen gobierno y disparó torpedos en superficie y sumergido sin problemas. Funcionaba con propulsión eléctrica (gracias a una batería inventada por el mismo Peral) y, entre otra tecnología punta del momento, tenía periscopio, aparato de punterías, giroscopio, tubo lanzatorpedos y servomotor para mantener la estabilidad. Era un arma de guerra excepcional.
Zaharoff había conocido con sospechosa rapidez los trabajos de Peral. Había inspeccionado los planos confidenciales que este había entregado al Ministerio de Marina español –¡en el propio Ministerio!– e incluso había tratado de comprar las patentes al mismo Peral durante un encuentro 'fortuito' en Londres. Peral había rechazado las ofertas.
Zaharoff aplicó su 'sistema'. El submarino sufrió cuatro sabotajes durante las pruebas (celebradas en agosto, septiembre y noviembre de 1888 y en junio de 1890), aunque Peral logró salir airoso de todo, seguramente porque conocía los retorcidos métodos de su competidor. Pero al final, Zaharoff consiguió lo que quería. Pese a lo satisfactorio de las numerosas pruebas, sobre todo en el simulacro de ataque con torpedo al crucero Colón, la junta técnica señaló que el submarino precisaba de mayor estabilidad, debía duplicar su velocidad y radio de actuación y que no se sumergía con la prontitud deseada; por lo tanto, no servía. El ministro de Marina, Berenguer, desaconsejó dotar al país de un arma sin parangón en ese momento, y que, ocho años después, en la guerra contra EE UU (que ya se dejaba entrever) pudo haber significado la diferencia entre derrota y victoria.
M.ª del Pilar Muguiro y Beruete |
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