Ahora que ha terminado la borrachera olímpica, ya me atrevo a realizar algunas precisiones, verter alguna opinión y aclarar ciertos matices a la luz de lo conocido a lo largo de todo el proceso. Algunos lo han considerado un tongo. ¡¡¡Pero como no va a ser un tongo!!!. Como Eurovisión, como la ONU, como el FMI. ¡¡¡Si hasta el concurso de Miss Universo lo es!!!. ¡¡¡ Si siempre gana la Tierra !!! Vaya por delante esta primera reflexión aclaratoria de mi opinión (y de la de cada vez mas gente). ¿Ha habido alguna persona independiente de ideas que no se deje llevar por insulsos entusiasmos, con cierta capacidad mental, es decir, un ciudadano responsable ajeno al rebaño, que no sintiera alivio al saber que Madrid no iba a ser sede de los Juegos Olímpicos en esta tercera, y última por ahora (parece), intentona? Vamos a ver. Un país en quiebra, con unos partidos políticos convertidos en competidores por los servicios de recogida de basuras, con una juventud y unos maduritos (mayores de 50 años) en estado de de precariedad y sin necesidad de tener vivienda, absolutamente desesperados, una economía donde se manipulan datos mintiendo descaradamente y donde se exhibe que 31 individuos han dejado unas listas del paro, que alcanza a varios millones, como un logro, y que ¡anuncian (tócaté los pies) un cambio de tendencia! no es un país serio. Y mira que me duele, porque España no debería haber abandonado su endémica alegría de vivir sin perder un ápice de su cordura y dinamismo. Es decir, ¿podemos creer en las ambigüedades del lenguaje político a pie juntillas sin el menor análisis calmado por nuestra parte? Si contestamos que si, mal vamos y mal permaneceremos durante mucho tiempo.
Recién entregados mil y pico millones de euros a la banca, después de otros tantos miles, para que ésta pueda seguir pagando a sus ejecutivos según los estándares típicos de Wall Street, nos encontramos con la inhabitual tesitura de no saber cuanto nos ha costado en total las tres intentonas fallidas y sin saber por que el viaje festivo final de Buenos Aires no ha dado sus frutos, y no será porque no fuera numerosa (¡¡si solo faltó llevarnos a Espinete!! Y no se llevaron a Karmele Marchante porque está muy mayor y viene cansada de un Campamento veraniego).
Le ha faltado el valor suficiente al ciudadano de a pie para exigir las cuentas de lo que se ha gastado en publicidad y en una promoción más falsa que "nuestro" presidente del
Alejandro Blanco |
Ya hace tiempo que nos sentimos desbordados por el delirante entusiasmo frenético de nuestros hinchas deportivos, futbolísticos sobre todo. Pero tener que soportarlos de nuestros dirigentes deportivos, me ponen los vellos como escarpias. La frase memorable de los hinchas cuando aseguran, convencidos de su gran papel en las gestas deportivas, “hemos ganado” me parece tan patética como si el que vende cupones prociegos a la puerta de una sucursal bancaria asegurara que “hoy, nuestro banco, ha superado el índice de cotización que lo coloca en el ranking de los más rentables”. Hemos perdido nuestros pasados dones analíticos independientes del furor patrio. Solemos aplaudir y entusiasmarnos ya con casi cualquier cosa.
Rajoy asegura que la derrota de Madrid no tendrá consecuencias políticas "como no las huvo en 2005 cuando nos ganó Londres o en 2009 cuando yo estaba en Singapur". En 2005, sin embargo, recuerdo que Rajoy acusó a Zapatero de ser incapaz de recabar los votos del COI. Recuerdo incluso, que algunos/as se atrevieron a decir que era consecuencia del desagravio del anterior presidente ante el paso de la bandera norteamericana en un desfile de la Hispanidad. Jo, ¡¡lo que manda el Obama!!. El presidente del Gobierno ha intentado también, sin mucho convencimiento, despejar las dudas sobre la inversiones en el deporte. "El Gobierno de España apoyará el deporte si cabe con más voluntad de lo que lo ha hecho hasta hoy", ha asegurado y se ha quedado tan pancho. Ya no solo el papel lo aguanta todo, hasta los micrófonos y las televisiones de plasma son excesivamente condescendientes. Algunos deportistas, sin embargo, han expresado su temor a que el Plan ADO y otras ayudas puedan verse afectadas por la derrota de Madrid 2020. Y si no, tiempo al tiempo.
Detengámonos un momento en uno de los participantes mas populares en todo este proceso y por la que siento una extraña debilidad. Tanta como por su musculoso marido. Madrid se jugaba este sábado ser ciudad olímpica, pero también el futuro político de su alcaldesa. Anne Bottle llegó al Ayuntamiento en una maniobra pactada entre su esposo, el expresidente José María Aznar, y Alberto Ruiz Gallardón. En 2003, el entonces presidente de la Comunidad de Madrid fue invitado a ser candidato a la alcaldía, en perjuicio de José María Álvarez del Manzano. La jugada situaba a Esperanza Aguirre a las puertas de la presidencia autonómica (que cruzó, tamayazo mediante) y contrarrestaba la entonces prometedora candidatura para la alcaldía de la socialista Trinidad Jiménez. Por el camino, Gallardón aceptaba incluir en su lista a Botella, quien, un año antes de la retirada política de su esposo, sería la encargada de mantener el espíritu de Aznar en la primera línea hasta hoy. Nueve años después de aquello, tras llegar Mariano Rajoy a La Moncloa, Gallardón es nombrado ministro y la esposa del líder espiritual de la derecha española, consecuentemente, se convierte en alcaldesa. En estos 19 meses al frente de la alcaldía de Madrid ha tenido que afrontar dimisiones importantes en su equipo a causa de la tragedia del Madrid Arena (sede olímpica, por cierto, en la que
Sin embargo, es la delirante encuesta del 91% de apoyo popular la que ha terminado de convencerme. Es la prueba de algo que ya sospechaba: que todas las cifras que rodearon la candidatura son irreales, fantásticas, imposibles. Este 91% de presunto apoyo popular, se desmiente con un rápido sondeo informal en tu barrio, centro de trabajo, bar, ascensor o red social, y es tan increíble como el resto de números que nos vienen dando en los últimos meses. No se puede decir que no haya habido un apoyo alto, incluso superior al 50%, pues todo lo deportivo tiene mucho tirón popular (yo mismo me trago todo lo que echan en cada Olimpiada, o me trago un Camerún-Corea en un Mundial de fútbol). Por otro lado, el recuerdo de Barcelona 92 todavía no ha perdido brillo para toda una generación; y sobre todo, no ha habido debate público sobre los pros y los contras de organizar los Juegos. De ahí que el apoyo sea seguramente alto, pero ni de lejos es un 91%. Por algo será que han preferido no comprobarlo con una consulta popular (bueno que tontería, aquí nos se nos consulta de nada nunca). En otros países que se encuentran en una situación económica mejor a la nuestra se ha hecho, y la han perdido.
Somos un país en caída libre, que es como se llama a quien no tiene donde agarrarse. Nos dicen que vamos a tocar fondo, algunos en su demencia política aseguran que ya lo estamos tocando, lo que no nos dicen es cuanto nos dolerá el batacazo, si permaneceremos ahí en el fondo mucho rato, y si, debilitados por el golpe, estaremos en disposición de remontar con unas mínimas garantías de éxito. Hoy mismo he escuchado otra de las típicas frases que se formulan eufemísticamente para describir nuestra realidad económica. Según Maria Arenales, diputada del PP que debe vivir en la luna y que habla por boca de "nuestro" Ministro de Economía Luis de Guindos, ese que fue miembro del Consejo Asesor de Lehman Brothers a nivel europeo (recodáis, esa empresa a la cuya gestión le debemos buena parte de la culpa de esta crisis), se está produciendo la"estabilización del inicio de la recuperación". Claro, como les da yuyu hablar de aquello de los "brotes verdes", pues tiran de imaginación verborreica y ya está. Montoro, "nuestro" excelso Ministro de Hacienda también nos vaticina que España, una vez mas, esta en disposición de asombrar de nuevo al mundo. Nosotros hemos asombrado al mundo muchas veces, lo estamos haciendo, y lo volveremos a hacer repetidamente; pero no en economía. Asombramos al mundo cuando usamos el mechero que usamos al encender el pebetero olímpico en Barcelona, y esto para bien, pero también cuando una cuentacuentos les hablo del "relaxing cup of cafe con leche in Plaza Mayor" (eso sin salirnos de lo olímpico - memorable también escuchar a nuestro ultimo dictador reconocido hablando en ingles y terminando con el castizo y habitual ¡¡Viva España!!), .......
......... cuando colocamos a la genial Macarena entre las canciones mas escuchadas en el mundo haciéndonos bailar como a nuestros padres en una boda, y hasta cuando la Obregón aseguró que se había acostado con Beckham. Si, en eso de asombrar al mundo somos unos fenómenos. Si creéis que exagero, estoy dispuesto a que pasemos lista a una serie de cuestiones. Tenemos un presidente de Gobierno formado en la escuela de muñecos ventrílocuos de Mari Carmen (solo que este sale en una tele, pero de plasma), aquella que salía en la tele cuando todos aprovechábamos para para ir al lavabo, si no sacaba a Doña Rogelia. Me acuerdo de que movía la mandíbula y daba la misma impresión simplista que "nuestros" políticos cuando se instalan en la mayoría absoluta y sacan a relucir aquello del rodillo parlamentario. En España los líderes que más duran son aquellos que los expertos consideran que serán muy breves. Esto, nos lo teníamos que hacer mirar. El presidente Rajoy es un modelo de esto, y Zapatero también lo fue. ¿Acaso hay alguien que les pudieran hacer sombra?
Es una parodia sarcástica que un país conocido en el mundo entero por la más elaborada red de dopaje jamas descubierta se atreva a plantearse unos Juegos Olímpicos. Sería como una casa de putas proponiendo un congreso mariano en sus instalaciones, como poner al lobo a cuidar a las ovejas, y nunca mejor dicho. Es como en los partidos de fútbol, como en las competiciones de alto voltaje, como en las finanzas, como en los periódicos .... Se usan para distraer la atención del personal. Los periódicos no coinciden ni en sus titulares, ni en sus horóscopos, ni en sus anuncios o en su publicidad. Cada uno cuenta su cuento y los lectores ...... a balar tan contentos. Nadie está dispuesto a decirle a la sociedad lo que no quiere oír. Una pregunta: ¿son más exigentes los rebaños o las piaras? Probablemente están a la par. El periódico La Razón hablaba de tongo; ABC, de castigo; El Mundo, de decepción... En la prensa deportiva, Marca titula con 'Palo Olímpico', mientras que As se queja del Comité Olímpico Internacional: 'Madrid tiene sentido, el COI no lo tiene'.
Pero es al "prestigioso doctor" Trias, alcalde de Barcelona (y no a Anne Bottle, alcaldesa no elegida ni por los ciudadanos de Madrid ni por sus propios correligionarios) a quien le debemos la frase del siglo: “Sólo Barcelona puede competir con Tokio”. Teniendo en cuenta que en 1992, en los Juegos Olímpicos de Barcelona, el Dr. Trias ni siquiera soñaba con ser alcalde y hablaba castellano porque no sabía catalán, resulta un ejercicio al menos vergonzante tal aseveración: un converso dispuesto a ganarse la gloria adulando al mismo personal que desdeñó durante la mayor parte de su vida. Ahora, caduco, la historia es diferente. El día que nos demos cuenta de donde estamos,
"doctor" Trias, alcalde de Barcelona |
Pero volvamos a la realidad y tratemos de entender las razones de nuestro ultimo fracaso olímpico esperpéntico. Las acciones y los discursos que tenían preparados nuestros paisanos para su postulación como candidatura olímpica en Buenos Aires no acabaron por convencer a los miembros del Comité Olímpico Internacional. Desde el exceso de optimismo hasta el poco convencimiento de unos Juegos austeros, expongamos alguna de las claves de la derrota de la capital española:
1. La crisis económica en España.
Así de claro lo dejó la miembro del COI, Nawal El Moutawakel, tras la eliminación de la candidatura: "Creemos que España debe invertir sus recursos económicos en materias más importantes que los JJOO". Esta dura declaración, que muchos suscribiriamos, fue el contrapunto al discurso oficial del presidente Mariano Rajoy: "Madrid es la base financiera más razonable y responsable en la historia olímpica reciente, y el 80 por ciento de las inversiones ya están realizadas (Anne Bottle no dejaba claro si era el 80 o el 90 por ciento) y lo poco que queda está plenamente garantizado por el Gobierno". Le faltó decir su tan de moda: "Fin de la cita" (que debería cambiar por su "Fin del cuento de la lechera"). En total, el presupuesto de la candidatura madrileña ascendía a unos "absurdos y escuetos" 1.593 millones de dolares de fondos públicos. Una cifra irreal que solo basta compararla con otras ciudades: Atenas proyectó 1.600 millones de dólares y terminó pagando 16.000 millones, mientras que Pekín calculó 16.000 millones de dólares y terminó pagando 40.000 millones. ¡¡Decir que los millones de euros que “solo” tendrán que gastar las administraciones bastarían, es tan risible!!. Si lo habitual es que los Juegos acaben duplicando el presupuesto inicial, en España, patria del sobrecoste en obras públicas, lo logico es que multipliquen esa cantidad por tres o cuatro como mínimo. La crisis, la mala imagen exterior, el declive de Madrid en el escaparate internacional, el disparate de que un país medio rescatado se meta en montar algo así cuando no tiene dinero para educación (ni para sanidad, ahora tampoco para pensiones; curiosamente si para bancos, defensa o coches oficiales), el rechazo de los miembros del COI procedentes de la Commonwealth por todo el griterío mediático de Gibraltar, la seriedad de los japoneses, o que dos cenizos como Rajoy y Wert vayan a Buenos Aires ...., esto fue lo verdaderamente determinante.
2. Lobby europeo de cara a París 2024.
Pero no hay que olvidar lo que dicen las malas lenguas, a las que alguna vez conviene atender (piensa mal y acertaras, dice la sabiduria popular), de que los futuros y posibles proyectos de París, Roma o Berlín pudo ser una de las grandes claves del voto de miembros europeos del COI implicados en la elección. Es decir, evitar que Madrid celebrara los de Madrid 2020 y llevarlos a un país de extremo oriente o Turquía, considerado a caballo entre Europa y Asia, incrementaría las probabilidades para una gran capital europea en el futuro.
3. El modelo austero de Juegos no convenció.
La gran propuesta que presentó "nuestra alcaldesa" en las declaraciones previas y que fue replicada por el miembro del COI, Alberto Grimaldi (Príncipe de Mónaco) no fue suficiente. Madrid prometía organizar los Juegos de 2020 con 1.593 millones de dólares. Tokio quiere gastarse 4.400 millones y Estambul, 16.800. Por lo visto, ser austeros no vende ni dentro ni en el exterior de nuestras fronteras. Las posibilidades de negocio, a las que los miembros del COI son tan devotos, se esfuman.
4. No importa el avanzado estado de construcción de las instalaciones deportivas.
El punto fuerte de Madrid 2020 frente a otras candidaturas, el hecho presumiblemente cierto de que las obras en Madrid estaban mucho más avanzadas que Tokio o Estambul, no fue un motivo de peso en la elección. No se supo vender bien. Es decir, el ya efectivo endeudamiento del ayuntamiento de Madrid, el hecho consumado de que varias generaciones de madrileños vivirán empeñados hasta las cejas aun sin haber nacido, no se ha podido utilizar en nuestro propio beneficio. Se puede decir a boca llena que nos hemos endeudado para nada; bueno, para nada no, para que los constructores de siempre se lo lleven calentito previo pago en sobresueldos.
5. Mejorable imagen de los responsables.
Aunque no es cuestión de buscar culpables y de ponerles cara, lo cierto es que en varios foros se criticó que alguno de los personajes más visibles, como el presidente del COE Alejandro Blanco o la alcaldesa de Madrid Anne Bottle, no se defendieran bien hablando inglés, cosa que particularmente no lo creo importante porque ya deben de estar acostumbrados a esa cualidad de nuestros dirigentes en el extranjero. El insulto de la hermana del Rey (¡Elenita de mi vida!) a una periodista: «Ay mona, rica, parecéis tontos... eso no se pregunta. Porque Madrid es la mejor candidatura de todas» y el ridículo espantoso de Anne Bottle al responder una pregunta en inglés, son dos claros ejemplos de nuestra actuación. La "innata simpatía" de estas, a las que conozco personalmente (sin haber tomado café con ellas, no es necesario para tener una somera idea) y de las que doy fe, habrá también contribuido. Además, un país que tiene como presidente del gobierno a una persona que posiblemente ha cobrado sobresueldos, tampoco ha ayudado a generar un clima de confianza. La presencia de los príncipes de Asturias en un continente, donde todo son repúblicas y donde no se muestran muy fans que digamos de las monarquías, tampoco ha ayudado, y eso a pesar de que la prensa sumisa al régimen ha tratado de ensalzar la figura del aspirante al trono de España. Hay que recordar también que la familia real últimamente ha estado rodeada de escándalos, algunos muy sonados como el caso de Botsuana que tuvo un eco internacional, la aparición de un personaje como Corinna viviendo en un chalecito adosado a la Zarzuela o la actual corrupción que afecta a los duques de Palma. De todas formas creo que, dentro del tono gris tirando a negro que hemos esgrimido en Buenos Aires, los Príncipes de Asturias fueron los únicos que mantuvieron la imagen de un país civilizado, moderno y preparado. El discurso del Príncipe estuvo muy bien y creible, con un inglés bien pronunciado y pasional. La Princesa mandando callar en dicho discurso al melenas, vividor y desvergonzado Moragas estuvo sublime. Fueron, sin duda, los tuertos en el país de los ciegos.
6. Exceso de optimismo. Me recordó a cuando la Selección Española de fútbol siempre quedaba eliminada en cuartos. Los voceros del reino inundaban portadas con el mantra de "somos favoritos" y nos eliminaban a las primeras de cambio. La presencia de algunos de nuestros mejores deportistas, tampoco esta vez, ha sido suficiente. Madrid concurría a su tercera votación consecutiva y, además, tenía la esperanza de que una gran capital europea pudiera albergar unos Juegos, tras Río 2016 en Brasil. Pero al COI no se le convence solo con optimismo infundado. Y la clave en todo esto lo proporcionaban las casas de apuestas (esas que se juegan su dinero y que beben en las mejores fuentes). Estas daban a Madrid como la tercera clasificada. Están alejadas de los triunfalismos pueblerinos y de los sentimentalismos exagerados de los medios de comunicación de nuestro país (sobre todo la prensa deportiva), que viven de vender mierda con olor a colonia. A la tercera, a pesar del sabio dicho común, no fue la vencida.
Pero volvámonos a centrar en lo que parece, a mi juicio, que ha sido la principal razón del descalabro olímpico: la situación económica española. Y empecemos por cifrar los costes de competir, tres veces, por el sueño olímpico. Estas pujas se han llevado al menos 100 millones de euros, aunque las cifras exactas son difíciles de dar por el continuo baile entre lo que se anunció, lo que apareció en los presupuestos y lo que finalmente se ejecutó. La mitad habría salido de las arcas municipales. La mayoría de estos presupuestos se van en publicidad, en hacer lobby, márketing, viajes de prensa y demás dispendios. Es decir, un gasto a fondo perdido. Aunque para el exalcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, este dinero no ha sido gasto, sino "inversión" en promocionar la ciudad por el mundo y en mejorar su imagen.
A mi, que tengo formación académica económica, no me engañan (perdonad mi presunta prepotencia e inmodestia). Y eso porque tengo clara la diferencia entre gasto, ahorro e inversión. Madrid 2020 no es la primera derrota de la capital española en sus aspiraciones olímpicas. El 'sueño olímpico' se ha visto truncado en otras tres ocasiones (cuatro en total, no tres). Hagamos memoria. La primera fue en 1965, cuando el Gobierno franquista impulsó la candidatura para los Juegos de 1972, que se celebraron en Munich. El alcalde Carlos Arias Navarro decidió presentar a la ciudad, pero la ilusión fue perdiendo fuerza entre los altos cargos del régimen hasta el punto de que Arias Navarro ni siquiera viajó a Roma para defender su apuesta ante el Comité Olímpico Internacional (COI). A pesar de las dudas sobre la posible retirada, que se mantuvieron hasta última hora, la capital española quedó segunda en la votación.
Las ganas de albergar el campeonato desaparecieron durante décadas, hasta que en 1993 el entonces alcalde José María Álvarez del Manzano, al que le gusta mucho salir en las fotos, recuperó la intención de ser sede olímpica, una decisión que recibió el aval del pleno del Ayuntamiento en 2000, cuando los grupos parlamentarios votaron a favor de Madrid 2012. La candidatura de Madrid 2012 es la más opaca, ya que su presupuesto se remonta al año 2003. Según publicaron los medios de la época, la fase I (ciudad solicitante) se presupuestó en 7,5 millones de dólares y la fase II (ciudad candidata), en algo más de 8,1 millones. Al cambio unos 11,8 millones de euros. Pero la cifra de gasto público realizado en el programa "Madrid 2012" ascendió a 25,6 millones de euros, según un informe resumen del director general de Deportes de Pablo Buján fechado en 2005 y que recorría "la gestión deportiva del Ayuntamiento de Madrid entre 1951 y 2005". Según varias fuentes municipales, es casi imposible saber con certidumbre cuánto se gastó en aquella candidatura, ya que se dio "barra libre" a la organización de la primera carrera olímpica y la preparación se trufó de ingeniería financiera. Algunos medios elevaron el coste aspiracional de Madrid hasta 60 millones de euros, aunque la diferencia la habría puesto la financiación privada.
La aportación privada es clave en las aspiraciones de la villa en el que, para Madrid 2016, se gastó 37,8 millones de euros en preparar una misión casi imposible. De aquella cifra, 16,8 millones de euros corrieron a cargo de las arcas públicas del Ayuntamiento de Madrid, diez millones enteros desembolsados en el primer año de crisis, 2008.
Madrid 2020 redujo drásticamente el apoyo a la campaña de las candidaturas. En los presupuestos municipales de 2012 se destinaron siete millones de euros públicos a dotar de recursos la Fundación que se encarga de gestionar la candidatura y en el año siguiente las arcas municipales desembolsaron otros 3,9 millones de euros. A esta aportación de 11 millones de euros pública hay que sumar la parte privada que no está claro a cuánto asciende finalmente ya que se abrió el plazo para acoger nuevos patrocinadores hasta el 1 de septiembre. La suma está en línea con lo presupuestado al inicio de la candidatura, que elevaba el precio de participar en la competición a 38,6 millones de dólares (casi 30 millones de euros), y en la que se aseguraba que el 38% saldría de fuentes públicas, lo que supondría que las empresas deberían aportar alrededor de 18 millones de euros.
Recordemos que la aportación privada es indispensable en estos eventos y que, por supuesto, tienen contraprestación para las empresas. Los que se consideren patrocinadores pueden desgravarse hasta un 15% de su inversión en publicidad si se adhieren a este evento que, al igual que otros muchos como el Xacobeo por ejemplo, son declarados de interés público. Un reciente cambio de la ley pone tope a esta deducción fiscal, que no puede superar el 90% de lo aportado a patrocinar al evento. En este caso, la aportación de empresas como la de Telefónica, cuyas facturas publicitarias son ingentes, es de 800.000 euros, le podrían hacer desgravar en impuestos hasta 720.000 euros. Que durante años se publicitarán (casi) gratis, vaya. Hay que tener en cuenta que estas empresas patrocinan muchos eventos a la vez, y estos cheques fiscales se van sumando. Todo un despropósito si lo comparamos con lo que un particular se puede desgrabar en la Declaración de el Renta.
Se da el caso de que estos patrocinadores y/o donantes "desinteresados" pueden además optar a hacer negocios con la Fundación Madrid 2020. Así, la última licitación pública fue la de los trajes que llevaba el comité español en Buenos Aires y que se presupuestaron en casi 43.000 euros. La firma encargada de su provisión es El Corte Inglés. La consultora "Bovis", que ha sido patrocinador oficial, se llevó también la realización del dosier de presentación de la candidatura, presupuestado en 720.000 euros (puso 200.000 en el patrocinio) y el despacho de abogados Garrigues se quedó con la representación jurídica por más de 300.000 euros pese a ser patrocinador socio. Con todo, la licitación más elevada de esta última candidatura ha sido la de la agencia de comunicación internacional que se adjudicó el servicio por 2,4 millones de euros. Estas cifras nos hacen pensar que no todo en la carrera olímpica es deporte y salud física, que se ponen de manifiesto los engranajes de los poderes financieros y económicos de este país y que, para que quede claro, TODO ES UN NEGOCIO que beneficia a los de siempre, a la élite política y económica imperante.
Por todo esto no me he decepcionado por la no concesión de los Juegos. Pero no lo celebraré. No esta la cosa para gaitas. Tampoco algunos me entenderían. Solo respiraré aliviado, porque al día siguiente del descalabro Madrid ha vuelto a ser la misma ciudad endeudada de antes, la nº 1 de Europa, con las instalaciones deportivas de barrio abandonadas pese a su repentino y continuado espíritu olímpico, y con un ayuntamiento que tendrá que inventar otra cosa para disimular su pésima gestión (lo de Gibraltar no cuela a nivel municipal). QUE NUESTRA CAPITAL NO SEA OLÍMPICA PARA 2020, sinceramente, ME HA TRANQUILIZADO ENORMEMENTE. Ya me temía lo peor.
De todas formas respeto todas las posturas; respeto a los que piensan como yo y creen que serían un gasto innecesario en estos momentos que no reportaria beneficio alguno a la plebe (a los de siempre , si), a los que piensan que generaría parabienes a mansalva dejandose influenciar por la borrachera olimpica misma (habria que preguntarse por la consiguiente resaca), a los "me la suda" que no entran en tales consideraciones mientras esten informados de la dieta de Andreita (de si come pollo o no), a los que solo se sienten preocupados por su ombligo y que analizan la vida con el prisma de lo cercano (se preguntan ¿me conviene? y al contestarse, ya saben cual es su opinión) y a los que no tienen una opinión propia, como ninguna de las que tienen, y se dejan llevar por lo que opina su hijo mayor, su intelectual compañero de trabajo, o su vecina del quinto. Pero, a decir verdad, yo lo siento por las ingenuas mentes de los niños madrileños (y de los alrededores) y la de los niños residentes en las sedes olímpicas. A esos que los que se les ha ilusionado infundadamente desde donde siempre. Las mentes de los que, en definitiva, iban a ver unos Juegos por televisión porque no tienen una economía familiar como para desplazamientos y estancias fuera de casa, me apenan un poco menos. Una lección temprana de la vida que aprenden gracias al "cuento de la lechera" olímpica. Y, además, son jóvenes por lo que a lo mejor, en los próximos 50 años ............ quien sabe, ¿no?
Todo este debate mediatico se podria haber evitado haciendo como se hace en otros paises a los que nos queremos igualar, aunque no lo venimos consiguiendo: pidiendo la opinion del pueblo. ¿Qué pueblo? ¿Azuqueca de Henares? No, al pueblo llamado España. Está claro que esta consulta nos puede llevar a conclusiones equivocadas, pero por lo menos, nos equivocamos todos.
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