- DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS -
No esperes nada especial de mí, y no te decepcionaré. Ése parece ser el secreto de la felicidad: en general, no equivocarte al elevar tus propias expectativas.

Al adentrarte en este blog, tan sólo advertirte que (suelo, prefiero y) me gusta pensar y opinar por mi mismo; lo que a veces no recuerdo muy bien es en qué orden se debe realizar ese proceso. Y claro, ...así me va. Aunque últimamente y con los años, procuro "controlar" cierto orden en todo esto, la verdad es que no siempre lo consigo. Unas veces pienso lo que digo y otras, digo lo que pienso. Discúlpame en estos últimos casos; ten presente que yo procuraré hacer lo mismo contigo.

Una cosa más: como supongo que sabréis por vuestra propia experiencia, inexorablemente llega una hora de la madrugada en la que, como en esos antros habitados por gente "impresentable", hay que irse del "chinguirito" o del pub .... Eso, o quedarse, pero siempre teniendo en cuenta las especiales circunstancias que empiezan a concurrir. Es cuando ya no distingues un gintónic de un Dyc con cocacola ni por la luz ni por el sabor. Es cuando quienes parecían, en principio, poco agraciad@s físicamente empiezan a tener visibles virtudes. Algo así como si los dioses te soltaran una indirecta: "venga chaval, que ya está bien ...".

Bueno, pues algunas veces tengo la sensación de que la creación de este peculiar blog es fruto de esos momentos de "chinguirito". Quizás por eso, la mayor parte de lo que encuentres en este peculiar lugar para la reflexión introspectiva es absolutamente arbitrario y accidental, con ese sano espíritu que unicamente suele emanar de los lujos de la Realísima Gana. Por lo tanto, se evidencia que aquí no hallarás razones para la ecuanimidad, para el estricto rigor o para la exactitud ni, me temo que mucho menos, demasiados motivos para el provecho personal.

Si ya decidiste quedarte en este garito un instante más, (que sepas que te lo agradezco pero) ten en cuenta todo lo anterior para no llamarte a engaños. Recuerda que: para lo edificante, ya están las constructoras; para las doctrinas, los salvadores de patrias; para el pensamiento único, las dictaduras; y para las risas, los monólogos de comediantes. Aquí sólo encontrarás ideas, equivocadas o no, mostradas con seriedad o con la "guasa" que me proporcionó mi cigüeña, derivadas de un mayor o menor grado de desnudez implícita; pero eso sí, salidas casi siempre del corazón, con pretensiones honestas y, las veces que se pueda,
bienintencionadas, respetuosas y nada dadas al puro adoctrinamiento.


no obstante, publico alguna otra cosa ¡¡¡ aunque sólo sea por puro equilibrio emocional !!!

miércoles, 5 de junio de 2013

Canciones de toda una vida




Existen  canciones que nos hacen viajar en el espacio y en el tiempo. Creo que nos ocurre un poco a todos. Nada de especial.
Pero en mi caso, tales teletransportaciones rayan lo patológico y hasta lo enfermizo, aún no se muy bien si como consecuencia de la intensidad propia del momento o porque, dado lo plana que resulta la misma vida (a veces), esos picos hacia arriba o hacia abajo le proporcionan el aderezo necesario para sobrellevarla.

Puedo llegar a recordar vivencias pasadas con tal exactitud que, muchas de las veces, me sorprendo de las posibilidades que la magia de la mente y del corazón es capaz de hacer fluir.


Cualquiera que me conozca mínimamente aprecia, casi inmediatamente, mi absoluta falta de memoria para según que cosas. Y eso, precisamente, es lo que me sorprende: el hecho de que determinadas canciones, sin embargo, me puedan hacer recordar cualquier sensación posible de entre las apreciables por cualquiera de los sentidos que poseemos; menos por el sentido común, que ese, poco común por cierto entre los mortales, lo dejo para otras cuestiones. Recuerdo visiones, sonidos, olores, sabores y texturas con una nitidez e intensidad inusitadas.

Pero ¿qué capacidad de poder tiene efectivamente la música?
. Personalmente, dudo muy mucho que la música por si misma sea capaz de nada sin cierta predisposición su por parte, sin que haya nada que poner de parte del sujeto pasivo. Pero combinada con otros elementos, la música puede llegar a ser determinante y tener verdadera influencia. Por ejemplo, la música asociada a una determinada ideología puede tener una influencia tremenda. No nos debe extrañar que cada partido político tenga su propio himno y, como no, cada equipo de fútbol, cada nación, ciudad o pueblo.

La música puede lograr que algo teórico se convierta en algo emocional. Que un concepto inerte cobre vida. Si la sensación evocadora es verdaderamente profunda y la música se incrusta en tu ADN, te perseguirá de forma ineludible durante toda la vida. Adquirir una cultura musical variada, sobre todo una sensibilidad para emocionarnos con la música, debería transformarnos en personas más receptivas ante las emociones en general y por consiguiente más empáticas con todo lo que nos rodea. De la misma manera que cuando disfrutas de otros sentidos, de la belleza de un cuadro, de tu plato preferido, de un perfume embriagador, del tacto de la piel amada ......., notas un antes y un después, el sonido de una canción especial para ti puede monopolizar tu atención, y anular o potenciar otras sensaciones.


Confieso que, no siempre, pero muy habitualmente cuando voy sólo y motorizado, suelo llevar no sin cierta habilidad por mi parte un "emepecuatro" encima justo de mi pelota y debajo de mi casco, haciendo uso de uno de los dos auriculares (generalmente el izquierdo - hay cosas para las que soy extraordinariamente zurdo) para el disfrute musical y dejando libre, por tanto, sólo uno de mis dos oídos para los sonidos habituales de la ciudad. Espero y confío que ninguno de los agentes recaudadores que pululan por ahí me tenga identificado por mi matricula y me lea, y mucho menos, que me tenga la manía suficiente como para esperarme en la puerta de casa con la libretita o el boli ávidos y deseosos de puñetear. ¡¡¡ Cosas mas raras se han visto !!! No hay más que leer los periódicos para verificar esta circunstancia y que la realidad, alguna que otra vez, supera a la ficción cuando hay un uniforme de por medio.


Y es que esto de circular en la inopia y guardando el equilibrio tiene varios inconvenientes, pero ahora se me ocurre básicamente uno: el de dejar volar los pensamientos hacia cualquier memez e ir por ahí pululando con el piloto automático puesto casi permanentemente prestando no excesiva atención a lo importante, que debería ser la conducción en si misma. Muchas veces, esa evasión se produce porque uno escucha una canción concreta e, inevitablemente, se le puede ir la olla. Esta misma reacción me sucede en otras circunstancias de la vida, no necesariamente "a caballo", pero casi siempre se repiten los mismos parámetros: introspección, buena música y ganas de disfrutar de uno mismo. Si me pilla en la ducha canto (con feo timbre, vale, pero afinado), si me pilla sentado se me va el pie (nervioso, vale, pero acompasado), si me pilla en posición horizontal cierro los ojos (no me duermo, o sí, vale, pero se me va la olla), y si me pilla generoso de amor, ¡¡¡mmmmm!!! si me pilla generoso y correspondido .....

Pero no me quiero ir del tema; voy a lo que voy. Cada canción que cada uno de nosotros tenemos incrustada en nuestro subconsciente (en mi caso y con relativa frecuencia, en mi inconsciente) nos trae recuerdos pasados, la mayoría de las veces placenteros. Al menos, a mi sí que me pasa. 






--- Recuerdo una canción (1) que, (si pulsas en el enlace, es decir, lo "azulito" antes del (1) anterior, podrás oír la canción que comento -bueno, el caso es que pondré un enlace especifico para cada una de las que comente- y al final de este post pondré una relación de todas ellas) pese a encontrarse en el baúl de mis primeras vivencias, me evoca clara y nítidamente lo mejor de mi niñez. Es, sin duda, la más recóndita y entrañable de las que alberga mi conciencia. Cuando la evoco, me encuentro inmerso en la seguridad y dulzura de los afanosos brazos de quien más y mejor me ha querido (y quiero pensar que, aún sin haberle proporcionado demasiados motivos, todavía me quiere), balanceándome rítmicamente en el espacio. Noto la claridad de la mirada de unos ojos casi hipnóticos incrustados en los míos; unos ojos que, siempre que se cruzaron con los míos, me mostraron el sentimiento más puro e incondicional que jamás he sentido. 

Estoy cerca de una ventana que da a la calle principal del pueblo, por la que transitan personas con pausada cadencia y algún que otro bullicioso coche que para nada rompe la magia del momento. Me encuentro con los pies descalzos y acariciado en el pelo. La canción de la que hablo es entonada con toques flamencos y con el timbre de una voz femenina; tanto su música como su letra me evocan entrañables tiempos pasados y desde que la escuché por primera vez, jamás he logrado atravesar la contundencia de su estribillo sin que se me erizara desde el vello hasta el alma. "Te quiero máaaa que a mi zojo, te quiero máaaa que a mi vía, má que al aire que respiro y ma que a la mare mía. Que ze me paren lo purzo zi te dejo de queréeee, que la campana me doblen zi te farto alguuuuuna véeeeee".


Concha Piquer
Y eso es, precisamente lo que me pasa, que "ze me paran lo purzo". Y cada vez. Siempre. Nunca consigo evitarlo. Y además, no quiero evitarlo. Constituye el gran momento sonoro de mi niñez y que disfruté, muy a mi pesar y desgraciadamente, sólo hasta mis 11 años. Cuando el destino (quiero pensar en él como el culpable) hizo que mi admirada y querida madre abandonara este valle de lagrimas para erigirse en el primero de mis angeles protectores. A partir de esa edad, ya nunca he vuelto a escuchar esta melodía con tanto sentimiento e intensidad la interpretara quien la interpretara. Ni siquiera la mismísima Concha Piquer. 





Víctor Manuel
--- Recuerdo otra canción (2) muy unida a mis primeros años de existencia, aquí más crecidito. Es una compuesta por Víctor Manuel en 1978, aunque vería la luz un año después, y que es archiconocida por el común de los mortales hispanos. Está basada en la historia real de una pareja de deficientes mentales que, a finales de los 70, llevaron su amor hasta el matrimonio por encima de todas las trabas legales y sociales que se encontraron. La pareja, según supe, se casó pocos años después y tuvo tres hijos, uno de ellos profesor universitario. El cantautor conoció su historia a raíz de una noticia publicada en el diario Córdoba, durante su estancia en Montilla, y decidió contarla a través de una canción. Posiblemente, es una de las primeras que me hizo reflexionar, bien temprano, sobre el poder y la contundencia de las palabras. Así, en general. Estén musitadas o no. 

Me teletransporta a una angosta habitación junto a un desaparecido amigo mio de incipiente barba y a su guitarra. Allí tratábamos de conjugar sonetos con corcheas, con ilusión aunque sin demasiado éxito, para disfrute y regocijo del resto de nuestros amigos cuando se las entonábamos en petit comité o en algún camping "graciosillo". Aún conservo en mi recuerdo alguna estrofa de nuestras nerviosas composiciones tempranas: Todo comenzó una noche de abril. -/- Yo te daba mis sueños y tú -/- te olvidabas de mí. -/- Amor, amor sincero, -/- es cuanto quiero para mi y no -/- palabras sin sentimiento ........ Du-du-a, du-du-a debería añadir jijiji




Bob Dylan
--- Estamos sentados en las escaleras de los únicos pisos de mi pueblo que disponían de cuatro plantas entonces. Con una loza fría en invierno y fresquita en verano, pero acogedoras siempre. A la distancia necesaria de la presencia de nuestros mayores como para sentirnos independientes, pero lo suficientemente cerca como para sentir sus quejas si un artefacto (diabólico para ellos), con el que calmábamos nuestras inquietudes musicales y que resultaría rarísimo para nuestros jóvenes ahora, elevara su volumen del 6. Radiocassette, se llamaba.

Nos tumbábamos o erguíamos de los escalones en función del numero de chicas que subían o bajaban esa tarde, y de los centímetros de sus faldas. Brincábamos y nos contorneábamos compulsivamente junto a nuestras hormonas haciendo casi imposible el libre deambular.

Suena una canción (3), traída por los que ya estudian fuera, a medio camino (eso creíamos entonces) entre los Brincos y Deep Purple. Aparcamos a Pablo Abraira, a Mari Trini, a Cecilia, a Roberto Carlos, a José Luis Perales, a Víctor Manuel,  a Cánovas, a Rodrigo, a Adolfo e incluso a Guzmán, ..... A bastantes, al menos de momento. Encendemos, apagamos, escondemos o nos tragamos nuestros primeros cigarros según la confianza que
depositamos en los "mayores" que por allí pululan. Usamos las teclas PLAY, REW, FF o REC como si de un piano se tratara, el bolígrafo bic si nos impacientamos al rebobinar y el pegamento I-medio por puro instinto conservador. Vestimos pantalones vaqueros de campana, camisas de colores desabotonadas y calcetines blancos standar con dos rayitas (roja y azul).
 

--- Recuerdo, con independencia de nuestra curiosidad por lo exterior, una costumbre castiza heredada de nuestros padres y nuestros hermanos mayores sin apenas cambios en el formato clásico: un lugar para las bebidas, otro para poner la música, algunos cómodos sofás donde poder "darse el lote" (sobre todo cuando llegara la oscuridad, .....porque inexorablemente llegaba), un centro del salón diáfano convertido en pista de baile, y poco más.

Recuerdo incluso que el anfitrión a veces coincidía con el encargado de la selección musical. Y con el técnico electricista, el que apagaba y/o encendía luces para crear ambiente según demanda. Para ello usaba simples interruptores o, los mas sesudos, conmutadores y pulsadores. Eran los llamados guateques
que empezaban a decaer a finales de los 70 en aras de las discos y los pubs (¡que antiguo! diréis; yaaaa, pero es que peino canas, criaturas, y además fui muy prematuro en estas lides). Recuerdo unos salones parroquiales que, de día, eran aulas y presuntos centros de conocimiento; y de noche, antros de curiosidades y cúmulo de desatadas hormonas efervescentes y sin bridas.

Recuerdo bailar pegados a bastantes centímetros del ombligo de nuestras "partenaires" (un beso
"C", allá donde te halles. Tú y tus educativos labios) pero sintiendo, al mismo tiempo, el nervioso pálpito de su corazón y dejando volar la imaginación a cotas insospechadas, sabedores de que la situación sólo podría mejorar y en breve ya que contaba con el apoyo decidido de los ojos en los que te mirabas. O eso presuponías siempre, fracasando unas veces y triunfando otras. El secreto, por decirlo de alguna manera, estaba en echar el anzuelo las máximas veces posibles. Como se suele decir, el no ya lo tenias. Era el sí el que había que investigar.

Cuando desenroscábamos las bombillas o las partíamos directamente envolviendo la operación en una supuesta torpeza (siiiii , no nos complicábamos mucho para pasar a la oscuridad absoluta), podíamos sostener una canica entre nosotros sin dificultad alguna. ¡Que extraña y bendita metamorfosis! por Dios. Era el milagro que se obraba entre tanto crucifijo y cuadro religioso. Perduran en mi mente emociones, sentimientos y vivencias a las que un grupo de canciones de la época ponen banda sonora. Eran canciones, casi todas en español. Yo creo porque a ellas las ponía más a tono, más  romanticonas, cariñosas y accesibles (o era su escusa al menos) por entender la letra. 


Algunas forman parte del universo musical más preciado de nuestra cultura y pertenecientes a grupos y solistas de los que éramos fans enfervorecidos, de una manera que solo se puede ser cuando se tiene esa edad. Era todo muy patroneado y, al mismo tiempo, muy visceral; nos tomábamos a nosotros mismos muy en serio, haciendo de aquella fiesta privada un acto definitivo y transgresor. Centrándome en las llamadas "lentas", sonaban canciones como "Chica de ayer" de Nacha Pop, "¿Que hace una chica como tu en un sitio como este?" de Los Burning, "Sobre un vidrio mojado escribí" de Los Secretos, "Final de viaje" de Hilario Camacho, "Un caballo llamado muerte" de Miguel Ríos,  "Solo pienso en ti" (y otras) de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, "Yolanda" de Pablo Milanes, "Al alba" de L.E. Aute,  "No llores más" de Antonio Flores, etc .... pero sobre todo una canción (4) que era la reina de "los lentos", que no estaba escrita ni en español ni en ingles; sencillamente no estaba escrita. Con este tema nadie se distraía con la letra, y se entregaba al asunto que les ocupaba.




Kansas
--- Si hay una canción que me ha perseguido toda la vida es esta (5). La he escuchado hasta la saciedad sabedor de que, por mucho que la usara, jamás perdería sus poderes cuasimágicos. La he disfrutado en todo momento y situación e introduce en mi cromosoma Y (en el X también aunque menos, creo) determinadas sensaciones y sentimientos que transforman, como ya opinaban los griegos clásicos, las químicas más complejas de mi organismo. Puede, consiguientemente, influir en mi estado de ánimo, mi conducta y hasta mi intelecto, y logra catapultarlos exponencialmente a cotas insospechadas.

Con esta canción de fondo, cualquier fémina gana puntos (quizás, las menos agraciadas, décimas) sin que sea necesario elevar mi tasa de alcohol en sangre, disminuir los lúmenes existentes o dejar avanzar la noche. Sin duda se trata de una de mis canciones terapéuticas, relajantes o afrodisíacas; según el momento, claro. El segundo posterior a su escucha es
inevitablemente mejor al segundo que lo precedió. No falla. Me es muy difícil situarme, al escucharla, en un momento y lugar concretos. No es una fotografía la que se presenta en mi mente, sino una concatenación de ellas, una presentación de diapositivas, la película de mi corta vida (¿he escuchado risitas? mmmm). Ahora, ya no la oigo compulsiva ni repetidamente; elijo el momento como queriendo encontrar, no sin cierta dificultad y por respeto a la propia canción, sensaciones nuevas. 




The Eagles
--- Acabo de hablar de la canción que ilustraría la banda sonora del vídeo documental de mi existencia. Y sería muy injusto si no añadiera e hiciera mención de otra canción (6) que me ha perseguido allá donde he ido.
Además, la recuerdo como pasa con todo lo primerizo si es contundente. Con el primer amor, con la primera borrachera, con el primer premio o reconocimiento, con el primer .... ya sabeis.

Recuerdo cuándo, dónde y cómo nos conocimos. La canción y yo, digo. Tenia catorce años. Estaba
en la habitación de un gran amigo de mi hermano mayor y posteriormente mío, al que me unía nuestro gusto por la música poco convencional y nada comercial, amén de otras cuestiones menos superficiales y anecdóticas. Incluso me atrevería a decir sin temor a equivocarme que ese tipo de música era aún poco o nada conocida porque no gozaba de mucho predicamento entre los súbditos del dictador. Todo lo que viniera de fuera y, sobre todo, se expresara en inglés era poco difundido y no encontraba fácilmente su lugar entre copla y copla.

Este amigo traía discos prestados a su vez por otros amigos con los que estudiaba fuera, a escasos 33,3 Km. de mi casa (he usado la "precisión" del Google Maps para este dato). Ese día 
recuerdo haber escuchado también canciones míticas tales como "Give a little bit" de Supertramp, "Victim of changes" de Judas Priest, "More than a feeling" de Boston, "Aqualung" de Jethro Tull, "God save the Queen" de Sex Pistols, "Don't kill the whale" de Yes, "A horse with no name" de America, "The weight" de The Band, "Your love is stranger than mine" de Camel, "Suzie Q" de los Creedence Clearwater Revival, "Stairway to heaven" de Led Zeppelin, "Feel like making love" de Bad Company, "If you leave me now" de Chicago, "Smoke on the water" de Deep Purple, "Cry babe" de Janis Joplin, "Sweet home Alabama" de Lynyrd Skynyrd ........ y se abrió un universo musical en nosotros. NO hubo vuelta atrás.

Ya
conocíamos a los Beatles, a los Rollings, a los Who, a Bob Dylan, a Cat Stevens (por supuesto y afortunadamente) ...... pero estas últimas audiciones nos hicieron sentir curiosidad por el rock progresivo, el psicodelico, el sinfónico, y otros tantos; palos que no teníamos suficientemente tocados en la música. Fue entonces cuando sonaron dos canciones seguidas: "What´s on my mind" de Kansas y ésta de la que ahora quiero hablar, compuesta por los Eagles. Fue entonces cuando entendí que, musicalmente hablando al menos, dos entes (ahora incluso creo que más) pueden ocupar tu corazón y no estar loco; que la música no es como el fútbol o las ideas políticas. Fue entonces cuando me enamoré de varios tipos greñudos, barbudos y desaliñados, sin perder por ello un ápice de mi virilidad. Diez a la vez sin ir mas lejos; cinco por cada banda. Y aun sigo enamorado.



Triana
--- Recuerdo un punto de encuentro en aquellos años en los que no era necesario ningún esfuerzo especial para quedar con los que compartían contigo la existencia, donde el tiempo corría o se ralentizaba a tu antojo, y cuando lo más importante era el aquí y el ahora. Un lugar donde aparecían los juegos comunitarios (billar, futbolín, ping-pong, dardos, tute "subastao", etc) por proclama popular y según nos aburríamos de unos u otros. Un lugar adornado con banderas tricolores (las multicolores son más modernas pero no hubieran desentonado), con posters de Bob Marley, Gandhi, Che Guevara, o la típica (y tópica) negrita con su "pitillo", con dibujos de muros derruidos y pintadas que representaban en si mismas una oda al futuro. Recuerdo tener la sensación de vivir durante ese tiempo como quien viaja por una carretera a toda la velocidad que le permiten las circunstancias, adelantando a los demás sin parar y jugándose el tipo al invadir demasiadas veces el carril contrario.  

Suenan todo tipo de canciones de aquella ilusionada época de España, pero recuerdo especialmente una (7) que definía perfectamente un sentir común y un soñar en plural. "Necesito saber / si hay un cielo que cubre / la tierra y el mar. / Necesito saber / si un astro celeste / nos juzgará. / Necesito un punto / seguro en que mi alma y mi cuerpo / se puedan apoyar. / Necesito un silencio / , alguien que comprenda / y que sepa escuchar. / Porque la vida se me va / y del pasado no voy a vivir; / y con mi tiempo / yo quiero sentir. Necesito agarrarme a la cola del viento / para poder volar ..... ". 

Recuerdo un lugar donde las cosas costaban exactamente lo que valían, o poquitísimo más; un lugar donde no había corros o, si los había, eran cambiantes e igualmente acogedores; donde efectivamente se tenia la sensación de ir en el mismo barco y donde la edad media rondaba los 18 (yo bastante menos); donde todo se vivía con la intensidad y la vehemencia que proporciona la juventud, y donde todo se veía con la perspectiva de los años que quedaban por vivir; donde no existía la figura del propietario y solo existían dos cargos siendo cualquiera de ellos, prescindible: el presidente y el tesorero. Cierto; olía bastante a testosterona. Y no por nuestro gusto, desde luego, pero ninguna mujer se sintió jamás allí desplazada. Mas bien al contrario. Muchas de las ideas que allí habitaban, fuera de allí y entonces, se consideraban revolucionarias; ahora se consideran lógicas o normales y ya nadie las discute, pero entonces había que pelearlas tratando de dotarlas de significado.




--- Estamos en una sala espaciosa que hacia las veces de auditorio y, particularmente, de clases de música. Esta sala la estamos acondicionando para ser, durante las próximas indeterminadas horas, cocina, dormitorio, comedor, sala de juntas, barricada, zona de operaciones, etc... Acopiamos sacos de dormir, latas y tetrabricks, lumigases, hornillos, linternas, cadenas y candados, brochas y pinturas, palos y telas (no necesariamente blancas), cuerdas, mantas, etc ... Contamos con el apoyo implícito de casi todos los estudiantes del lugar, alguno de los cuales quisieran engrosar nuestras filas pero tendrían que dar muchas explicaciones en casa, y el apoyo explicito de todos los profesores de estos últimos, ninguno de los cuales podía compartir el momento con nosotros por razones obvias. 

Las paredes y ventanas de todo el edificio están adornadas con proclamas contra el entonces Ministerio de Educación porque hemos decidido hace bien poco que éste era, por unos días, nuestro único enemigo; ni el Gobierno, ni el Rey, ni la jerarquía eclesiástica, ni los Guardias Civiles, ni los partidos políticos constitucionales (mucho menos los otros). Suenan canciones (8) de un disco, propiedad del colegio, que contiene la banda sonora de una película de éxito del momento y recién estrenada. Las escuchamos durante toda una noche mientras nos encerramos en el Instituto de mi localidad de origen en protesta por una de las primeras reformas educativas de la democracia. Sé el año pero no quiero dar demasiadas pistas respecto a mi edad. ¡¡Coqueto que es uno !! jijiji. Maldecimos no haber tenido tiempo de traer nuestras propias bandas sonoras; aunque no era el mejor momento para hacer un guateque, además no parecía estar el horno para bollos. Tenemos molestos a todos menos a la comunidad educativa.

Recibimos visitas
de todos los poderes efectivos y fácticos del pueblo, visitas en las que se nos dan "consejos" de como debemos actuar para resolver una situación (para ellos) tan novedosa como terrible. Seria curioso analizar hoy en día las razones esgrimidas por todos ellos (el alcalde, el sargento de la Guardia Civil, el cura, el médico, líderes políticos locales constitucionales e ilegales, el director -este último con un doble discurso: uno público y otro privado-...).

Los encerrados somos apenas 7 estudiantes. Toda una multitud. Todos varones y menores de edad; y lo más curioso: dos de izquierdas y ¡¡cinco de derechas!!. Recordamos como, hasta hace bien poco, nos peleábamos (estrictu sensu, ehhh. A hostia limpia), discutíamos y hasta nos incendiábamos las sedes. Hacemos cálculos respecto a cuantos miembros de las fuerzas del orden locales nos tocan por cada uno de nosotros y nos sale a algo mas de 3 a 1 a favor de ellos (eran 16 Guardias civiles y 8 Municipales; total 24 contra 7). Y confiamos en que el resto de compañeros situados en el exterior, al menos hasta la madrugada que es cuando tienen que
asistir a la retreta domestica, "jugara" con nosotros. Sobre todo, confiábamos en que nadie se preocupara por 7 descerebrados y, por tanto, nadie pidiera refuerzos foráneos; ya teníamos conciencia de que los "grises" eran bastante más jodidos que las fuerzas locales y, al menos estas últimas, ya nos conocían y nos llamaban por nuestros nombres. 

Añadir, para concluir, que todo salió bien y que, después de un pasillo multitudinario en la salida (como en el fútbol, vaya) y ya amanecidos, hicimos un pacto de no agresión entre "nosotros", pacto que hemos respetado escrupulosamente en el futuro. Fue la mejor consecuencia de la intensa madrugada, la distensión política de los jóvenes de nuestra localidad. La peor, nuestros datos desde aquel momento figurarían en los archivos del cuartel (tuve incluso la oportunidad de comprobarlo bastantes años después gracias a la participación de un amigo mio del ayuntamiento en el traslado y ordenación de tal registro benemérito). Toda la comunidad, sobre todo la estudiantil, madrugó aquella mañana.

Mi padre, el pobre, ni me echó en falta
porque ya me encargué yo de que así sucediera, aunque se lo soplaron días más tarde y me tocó dar algunas explicaciones (más bien informaciones porque era un santo varón; nunca me reprochó nada y, además, entendió que lo acontecido ya no tenia remedio y se venia acomodando a mis excentricidades). ¡Que paciencia tuvo conmigo en aquellos tumultuosos años!. Por cierto, y ya que hablamos de música, siempre recuerdo a mi padre cuando escucho un determinado bolero, especialmente cuando éste dice "espeeeerame en el cieeelo, corasón". Y que me espere sentado, porque aunque sólo sea de visita (sobornaré a S. Pedro, si hace falta) y para comerle a besos, apareceré por allí dentro de muchos años, ........ espero



--- Estamos de camping en un lugar paradisíaco y apartado del mundanal ruido. Podíamos decir, sin temor a equivocarnos, que no nos tropezaríamos con un alma (si es verdad que los animales no la poseen) en, al menos, 7 km. a la redonda. Es verano y, por ello, nuestras tiendas se distribuyen a la sombra de un bosque de alcornoques y madroños y a escasos metros de un riachuelo (en ese tramo, menos que riachuelo; se transforma en rio mas arriba y mas abajo) de agua pura, siempre fresca y cristalina.

Un breve inciso: nos dijeron que la de gustación excesiva del fruto maduro del madroño, abundante por allí, producía estreñimiento, embriaguez y dolor de cabeza. Una noche, los que perdimos una de las apuestas originales, "cachondas" e irresponsables que solíamos hacer, tuvimos ocasión de comprobarlo y doy fe de que, además de esos (pasajeros) efectos, provoca dolor de tripa y descomposición de vientre. Ojito.


Estos parajes constituyen hoy (no entonces todavía), uno de los Parques Nacionales mas emblemáticos y extensos del sur de Andalucía. Somos un grupo numeroso, muchos de nosotros Scouts aunque no todos. Algo mas de una veintena de chicos/as entre los que, de forma reconocida o soterrada, sólo se contemplaban una o dos parejas. Eran años, por otro lado, de escaso compromiso emocional. Deambulábamos "agotando" nuestras energías por aquellos parajes escabrosos y empinados, sin llevar la mínima agenda ni plan establecido y, todo eso, a lo largo de dos semanas. Disponíamos, como ya he dicho, del rio, la montaña, el bosque, toda suerte de animalitos y bichitos salvajes posibles, las ruinas de un antiguo monasterio (el mas antiguo de Andalucía) en donde contar historias nocturnas de miedo para deleite de ellos y preocupación de ellas, etc, etc ....

Si pletóricas eran nuestras reuniones alrededor del fuego de campamento, fuego que permanecía encendido día y noche (estableciéndose estrictos turnos de guardia para tal fin), más pletóricas eran nuestras anécdotas diarias, la mayoría de las cuales poníamos en conocimiento del grupo con el salero y el ingenio propios de aquel lugar del mapa, de aquellas gentes y de aquellos años. Y pletóricas, sanas y desinhibidas eran las intenciones de cuantos allí pernoctaban haciendo que cada día pudiera parecer que tuvieran más de 24 horas. Llevábamos relojes de pulsera, claro, pero nadie los consultaba. Dos semanas en otras circunstancias darían para mucho ¿no?, incluso para aburrirte o "perrear"; pues bien, doy fe de que, si te lo propones, no repites actividades. Las bromas se suceden con una celeridad que es difícil poderlas seguir. El ambiente chavacano y solidario es difícilmente repetible en otras etapas de la vida.

Teníamos la suerte de disponer en el grupo de todo un universo de personajes curiosos que proporcionaban espontaneidad y divertimento seguro a cada rato.
Disponíamos del "Rambito", con su pañuelo en la cabeza, su machete al cinto y su traje mimetizado; al "escaqueao", que era como los viejos en las obras: simple ingeniero visionario y poco obrero; al "Duracel", que no paraba quieto ni en el momento de comer; al "fantasma", que contaba batallitas algunas de las cuales te habían pasado a ti, pero que él las hacia propias con las consiguientes risas y disculpas por nuestra parte; al "hippie", que predicaba el "paz y amor", olía a incienso y era capaz de fabricárselo con una mano y a oscuras; al "a que no hay huevos", que andaba todo el rato proponiendo retos y aventuras impensables; al "sibarita", quien, si fuera por él, se hubiera llevado las babuchas, la silla plegable y el pijama; al "bricotodo", también llamado "dejadme solo", a quien el mayor problema lo arreglaba en 5 minutos; al "guía", que solía ponerse delante en las marchas para dar instrucciones y que, cuando miraba para atrás, muchas veces se veía solo; al "viciosillo", para quien el eslogan de la época (sexo, droga y rock'n'roll) le venia estrecho; al "inventitos", de quien sospechábamos que se había leído un manual de supervivencia poco antes de salir de casa; al "ecologista", que siempre disponía de una palabra en latín para cada bichito o matita; a la "delicada", preocupada por sus uñas, la higiene y su rara (según ella) poca predisposición para ir al retrete; a la "mamá", que profería las típicas frases de nuestras progenitoras, encargada casi siempre de la comida, preocupada por todos y pasando siempre revista de tropa (a ver, a numerarse!!!. Uno, dos, tres .... veintitantos), pero a la que siempre le faltaban ovejitas; a la "sorpresa del momento", alguien a la que nunca hubiéramos imaginado capaz de hacer lo que hacia y de comportarse como se comportaba; a la "machorra", que rivalizaba con el "Rambito" en actividades campestres; a la "princesa", que nos recordaba continuamente las cosas que echaba de menos de la civilización y el progreso; a la "y yo que sabia", que hablaba a grito "pelao" en plena madrugada, metía fuego a alguien o a algo cada vez que atizaba el fuego, o se sentaba en unas tunas (cactus) con la mayor de las tranquilidades; a la "intelectual", que andaba poniendo de manifiesto su evidente sapiencia cada vez que fuera necesario, todo ello detrás de sus gafas; a la "risitas", a la que cualquier comentario o situación le parecía hilarante-compulsiva; a la "marimandona", que se aliaba con la "mamá" y provocaba la eventual dispersión del grupo; a la "modelo", que proponía a cada hora una vestimenta y look diferentes; a la "esperadme, esperadme!", a la que nunca se la veía sola ni (o sobre todo) a la hora de cagar; Y LUEGO ESTABA YO; ¿creíais que ya me había descrito en alguno de estos personajes? jijijiji, pos noooo. Había algún espécimen más pero tampoco se trata de ser exhaustivo. 

Recuerdo haber llevado un tocadiscos a pilas y varios radiocasettes con sus respectivos elementos audibles. Una mochila la destinábamos exclusivamente a la melomanía. Llevamos todo tipo de música pero quienes triunfaban eran los Beatles, quienes nos gustaban a todos y disponían de música para cada momento. Una canción (9) en especial me recuerda aquella experiencia (que hemos tenido la suerte de poder repetir cada vez que pudimos). Parece mentira, ahora va uno de hotel en hotel y hasta nos parece poco. ¡¡Lo que es el aburguesamiento propio de los años!!

 


--- Me viene a la mente una tierra donde se vive el Carnaval (así, con mayúsculas) como en ningún otro sitio. Disfrazarse se puede uno disfrazar en cualquier sitio y en cualquier época del año (véanse algunas bodas) pero hacerlo con ingenio, con gracia, con ganas de pasártelo bien (con ARTE en suma), que me perdonen todos los habitantes del planeta, solo en Cai y en su provincia. 

Son muchas las coplas de Carnaval que tiene uno instaladas en su subconsciente y que, esté donde esté, le teletransportan a ese pedacito de Andalucia único y digno de conocer (lo sé, me ciega la pasión pero no puedo evitarlo). Pero como una (10) en concreto, ninguna. Ha pasado a los anales de la historia como uno de los pasodobles más recordados y seguramente que mas veces a puesto en pie a un público, sea donde fuere. Pasodoble del más puro estilo de Los Majaras del Puerto y 1er premio de comparsa provincial en el Teatro Falla en el año 1978.

Trata del fatídico percance acaecido el 4 de diciembre de 1977 cuando,
José Manuel García Caparrós, murió asesinado al intentar alzar una bandera andaluza en el edificio de la Diputación Provincial de Málaga en pro de la autonomía. El lugar donde cayó muerto se convirtió en un "altar" improvisado por donde pasaron miles de malagueños, hasta que fue destrozado por miembros de la ultraderechista "Fuerza Nueva". Durante varios días, hubo protestas por la represión policial. El pleno del Ayuntamiento de Málaga del 16 de noviembre de 1995 aprobó darle su nombre a una calle en su
José Manuel García Caparrós
memoria. La Diputación Provincial de Málaga le nombró Hijo predilecto de la provincia a título póstumo el 20 de abril de 2009. Hijo Predilecto de Andalucía a título póstumo en 2013. 

Los componentes de la Peña Los Majaras de El Puerto de Santa Maria (Cádiz) TODOS los 4 de Diciembre cumplen con un rito, salir a la puerta de su Peña y recordar aquel memorable pasodoble y aquella maravillosa comparsa, rindiendo al mismo tiempo homenaje al malagueño asesinado. Cada vez que lo escucho, no puedo evitar que se me ericen los vellos y que me sienta orgulloso de ser gaditano.

Aquí está el vídeo de la celebración de este último año:




LETRA

Un cuatro de diciembre muere un malagueño
una bala traidora le quitó la vía
tan solo porque estaba queriendo a su pueblo
y alzando la bandera de su Andalucía.
Seguro que la mano que apretó el gatillo
no importa de que lado ni de que partido
es una mano sucia de alma retorcida.
Por qué razón, por qué razón
señalaron con sangre la fiesta de los andaluces
con asesinato que a nada conduce
pues no renunciaremos a nuestra autonomía.
Andalucía tendrá como escudo
su nombre y orgullo, su furia y su fe.
Los malagueños te llorarán siempre
y nunca te olvidarán José Manuel
Caparrós, tú, tu bandera blanca y verde
ahora que nadie te apunta
cuélgala en el cielo azul
en el lucero mayor
dile a las estrellas que eres Andaluz.


Autor: Diego Caraballo Blanco
Comparsa "Raza Mora" (1978)





--- Estamos en una playa paradisiaca y extensa, de arena fina y dunas móviles gracias a los vientos de Levante, situada a 8 km al noroeste de Barbate, 8 km al sureste de Conil y a 14 km al sur de Vejer. A nuestras espaldas se erigen unos acantilados de dispar altitud que se extienden desde el cabo Trafalgar hasta el actual Parque Natural de la Breña. La cima de los acantilados se encuentra plagada de pinos y en sus laderas los famosos caños que dan nombre a la zona, los Caños de Meca. Se trata de surgencias de agua dulce en la pared del acantilado de distinto caudal, desde pequeñas humedades en la pared rocosa hasta importantes manantiales, que varían mucho según la estación del año. El paisaje sugiere el famoso anuncio de una conocida marca de geles de baño, ese "de los limones del Caribe". Hacia el este, el terreno comienza a elevarse formando playas más pequeñas, protegidas por paredes de roca y cuyo acceso unicamente es posible en marea baja y sólo hasta la llamada Cala Verde. Ni que decir tiene que, dada la dificultad de acceso, uno puede disfrutar del sol, de la playa y del agua sin tener que compartirla con nadie; y los que por allí pululan van sin prenda textil alguna y evocan a los míticos hippies de los 60.

Tenemos nuestros primeros contactos con el nudismo, la depilación púbica femenina, el desnudo de piel negra o la sexualidad homosexual (ajenas, eh), por ejemplo, entre otras múltiples experiencias. Estamos acampados a menos de 10 m. de las olas de tal manera que, si la marea sube mucho, tendremos un problemilla. Tenemos ensayado un plan de emergencia por si se produjera el percance y nos hemos convertido en unos expertos en el trabajo en equipo. Por estos lares se da el extraño y peculiar fenómeno que hace que cuanto mas te alejes de la costa menos te cubre el agua. Las aguas son bravas y con peligrosa resaca pero siendo conocedores de todo esto, el disfrute es máximo.
 

Escuchamos sobre todo canciones reagges y de ska, mayoritariamente del enorme Bob Marley. Hay una canción (11) emblemática de todo este periodo veraniego. La vista del atardecer desde este sitio al abrigo de las rocas y del viento de Levante, alrededor del fuego (fuego que muchas veces los Guardias Civiles nos hacían apagar por culpa de los "mercaderes de hachis" de Marruecos), puede ser de las mejores en este hemisferio. Por algo a esta zona se la denomina Costa de la Luz. Sólo abandonamos la playa al anochecer para subir al pueblo y adentrarnos en su peculiar marcha nocturna. 

El lugar ha cambiado mucho en estos últimos 30 años y su ambiente también. Ha sufrido los desmanes (aunque no demasiado) de la salvaje presión urbanística. Fuimos unos privilegiados al haber podido disfrutar de estos parajes aun casi vírgenes y en una época en las que las prohibiciones en la playa brillaban por su ausencia.






SEGUIREMOS INFORMANDO ....... es que pretendo ser cronológico (no sé si lo lograré) y eso necesita de cierto sosiego y reflexión. Tengo en mente, al menos, ¡¡uaauhhhh!! 34 canciones más. También pretendo (y amenazo con) ser un "pesadito" de narices






ÍNDICE DE TEMAS por ahora (pinchar enlace para ir a YouTube)

(1)  - Y sin embargo te quiero - CONCHA PIQUER (Pasión Vega)

(2)  - Solo pienso en ti - VÍCTOR MANUEL

(3)  - Hurricane - BOB DYLAN

(4)  - Flor de luna - CARLOS SANTANA

(5)  - Dust in the wind - KANSAS

(6)  - Hotel California - EAGLES

(7)  - Necesito - TRIANA

(8)  - You're the one that I want - OLIVIA NEWTON-JOHN y JOHN  TRAVOLTA 

(9)  - We Can Work It Out - THE BEATLES

(10)- Un cuatro de diciembre - RAZA MORA

(11)- No woman no cry - BOB MARLEY & THE WAILERS

 





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