- DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS -
No esperes nada especial de mí, y no te decepcionaré. Ése parece ser el secreto de la felicidad: en general, no equivocarte al elevar tus propias expectativas.

Al adentrarte en este blog, tan sólo advertirte que (suelo, prefiero y) me gusta pensar y opinar por mi mismo; lo que a veces no recuerdo muy bien es en qué orden se debe realizar ese proceso. Y claro, ...así me va. Aunque últimamente y con los años, procuro "controlar" cierto orden en todo esto, la verdad es que no siempre lo consigo. Unas veces pienso lo que digo y otras, digo lo que pienso. Discúlpame en estos últimos casos; ten presente que yo procuraré hacer lo mismo contigo.

Una cosa más: como supongo que sabréis por vuestra propia experiencia, inexorablemente llega una hora de la madrugada en la que, como en esos antros habitados por gente "impresentable", hay que irse del "chinguirito" o del pub .... Eso, o quedarse, pero siempre teniendo en cuenta las especiales circunstancias que empiezan a concurrir. Es cuando ya no distingues un gintónic de un Dyc con cocacola ni por la luz ni por el sabor. Es cuando quienes parecían, en principio, poco agraciad@s físicamente empiezan a tener visibles virtudes. Algo así como si los dioses te soltaran una indirecta: "venga chaval, que ya está bien ...".

Bueno, pues algunas veces tengo la sensación de que la creación de este peculiar blog es fruto de esos momentos de "chinguirito". Quizás por eso, la mayor parte de lo que encuentres en este peculiar lugar para la reflexión introspectiva es absolutamente arbitrario y accidental, con ese sano espíritu que unicamente suele emanar de los lujos de la Realísima Gana. Por lo tanto, se evidencia que aquí no hallarás razones para la ecuanimidad, para el estricto rigor o para la exactitud ni, me temo que mucho menos, demasiados motivos para el provecho personal.

Si ya decidiste quedarte en este garito un instante más, (que sepas que te lo agradezco pero) ten en cuenta todo lo anterior para no llamarte a engaños. Recuerda que: para lo edificante, ya están las constructoras; para las doctrinas, los salvadores de patrias; para el pensamiento único, las dictaduras; y para las risas, los monólogos de comediantes. Aquí sólo encontrarás ideas, equivocadas o no, mostradas con seriedad o con la "guasa" que me proporcionó mi cigüeña, derivadas de un mayor o menor grado de desnudez implícita; pero eso sí, salidas casi siempre del corazón, con pretensiones honestas y, las veces que se pueda,
bienintencionadas, respetuosas y nada dadas al puro adoctrinamiento.


no obstante, publico alguna otra cosa ¡¡¡ aunque sólo sea por puro equilibrio emocional !!!

viernes, 7 de marzo de 2014

“Escoge bien a tus ex; son para toda la vida”




“Escoge bien a tus ex; son para toda la vida”. No sé quién fue el primero en pronunciar esta frase, pero tenía más razón que un santo (nunca entendí del todo esta expresión porque los santos confían mas en la fe que en la razón, pero bueno). Los ex son como los tatuajes, como los parientes nefastos: puedes ignorarlos, odiarlos, evitarlos e incluso poner tierra de por medio, pero siempre estarán ahí, tendrán lazos invisibles contigo. Es como ese tipo de cadenas que unen a las cosas con la fatalidad, al esclavo con su amo.

Cuando nos emparejamos, iniciamos un ciclo similar al de cualquier ser vivo. Es decir, con las mismas etapas: nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte. O dicho de otra manera: nos enamoramos con locura, intercambiamos fluidos como salvajes, descubrimos el verdadero ser del otro y paralelamente empezamos a pensar en tener hijos (los tenemos o no), empezamos a no soportarnos y terminamos por dejarlo. Bueno, .... alguien de los dos lo deja. Nunca ambos llegan a este ultimo punto a la vez. Es mas, no siempre se llega a este punto, incluso, aunque se hayan agotado todas las fases previas. Es uno de los misterios de la pareja, el hecho de creer que es para siempre, como se decía en aquel antiguo anuncio de diamantes. En cualquier caso, ya sabréis cómo va esto: no todo el mundo tiene el carácter y la fuerza de voluntad suficiente para asumir que las cosas no van bien y, por lo tanto, hay que dar la estocada definitiva a la relación. Esto lo suele hacer (casi) siempre el mas fuerte de la pareja, porque hay que tener valor. Y eso independientemente de si coincide también con el que está mas hastiado, el mas desengañado, el que mas razón tiene, el que menos valora la relación, etc, etc, ....

Y es así, precisamente, como se pasa de ser uña y carne a ser un mero ex, un ser perteneciente a ese extenso universo humano que se entrelaza entre si y con otros. Es así como se pasa de una bonita y enriquecedora relación, a tener una tensa relación con tu ex. Porque las relaciones con los ex, son tensas por definición. Uno no puede pretender que su ex pase a ser su mejor amigo (o amiga) de la noche a la mañana porque no nos engañemos, eso no suele pasar ni en las mejores películas de ficción.

Está claro que es conveniente e importante dejar pasar un tiempo prudencial que permita enterrar convenientemente el hacha de guerra antes de intentar mantener cualquier acercamiento con una ex pareja. Esto es fundamental aunque solo sea por pura higiene mental. Pero, desgraciadamente, no siempre funciona, y hay ex que siguen sumidos en el odio o en el deseo de forma enfermiza, incluso varios años después de la ruptura. No es mi caso; yo me vuelvo neutro, un viceversa que actúa según lo hagan y que ha tenido relativa suerte en esto. Lo ideal desde luego seria que uno de los dos se fuera a Nueva Zelanda, por ejemplo. Pero en la mayoría de los casos no puede ser; asi que tarde o temprano sueles acabar encontrándote con tu ex y, a veces, hasta por sorpresa. En cualquier caso, conviene tener presente que siempre quedará esa calma tensa en el ambiente (dependiendo de la calidad humana y moral de los ex amantes) con la que disfrazar de cordialidad normalizada cada nuevo encuentro, si lo hubiera.

Éstas son las situaciones-tipo que se pueden dar al encontraros con nuestro/a ex:

- Los dos hacéis como que no os veis.

Efectivamente, estáis en el mismo recinto a menos de dos metros, en el mismo bar, pero no os estáis viendo. Hay una fuerza invisible que hace que tus ojos o los suyos nunca se direcciones en sentidos opuestos; no os veis, vaya. Podrías rozaros, tropezaros o tiraros una copa encima (como si es aceite hirviendo), que sois invisibles el uno para con el otro. Y viceversa. Es una situación un poco violenta pero bastante más sana y honesta que otras opciones, al menos al principio de la ruptura.

- Tú haces como que no lo ves pero él/ella viene. Te lo temías e, irremediablemente, se cumple.

Tu ex entra en un bar (ya que hemos puesto este ejemplo antes, seguiremos con él), e instintivamente, lo primero que hace es buscar tu figura entre la multitud, como si el resto de las personas fuesen transparentes ante sus ojos o, sencillamente, no existieran. Como intuyéndolo, tu mirada apenas se cruza unos segundos con la de esa persona y de inmediato, pasas a hacer como en el anterior caso, que no lo ves. Esa milésima de segundo, ha sido suficiente para que él o ella se sienta con la autoridad moral suficiente como para dirigirse hacia ti, como lo mas normal del mundo, para pararse a tu altura y decirte, muy sorprendido “ah, sí estabas aquí”. Le da igual con quién estés: tus amigos, tu amante o tu padre a alguno de los cuales, por cierto, odiaba. Esa persona viene siempre. Necesita no desaparecer de tu vida.

- Lo contrario. Él/ella hace que no te ve, pero tú tienes la imperiosa necesidad de ir a saludar.

En este caso, tú eres el perseguidor, aunque no te guste reconocerlo. Y solo tu, en tu fuero interno sabes por que lo haces verdaderamente. Lo puedes intentar disimular y teñirlo de lo que quieras pero debes terminar de reconocer que eres tú el que estira el cuello cual pajarillo intentando alimentarse o cual periscopio, y el que se pasea de lado a lado del lugar para encontrar a tu presa: tu ex. Eso sí, como aquí todos somos muy dignos, cuando por fin lo ves, finges un sorprendente encuentro casual fruto del puro azar y de la misteriosa probabilidad matemática del momento.

- Te saluda y te habla efusivamente pero solo cuando no está con su nueva pareja.

Sea como fuere que te haya encontrado, el caso es que, una vez a tu lado, tu ex te adora o lo parece. Te lo hace ver cada vez que os encontráis a solas. Da igual que te haya puesto los cuernos con medio pueblo con la escusa de no saber lo que hacia, o que tú te hayas liado con su mejor amigo/a, su respeto y admiración hacia ti es tan profundo y sincero, que aprovechará cada ocasión de ausencia de su pareja para decírtelo. Tu ex te quiere. Se ha dado cuenta tarde e, incluso, lo de su nueva pareja es una anécdota, el caso es que ha abierto los ojos.

- Cuando su pareja está delante hace como que no te ve.

Ese/a mismo/a que te adora, puede sufrir momentos de lapsus mentales cuando su pareja actual se encuentra a su vera, apretando bien fuerte la correa y marcando territorio. Es curioso cómo la gente pasa de darte la brasa un día a hacer como si no te conociese al siguiente, en función de las personas que tenga a su alrededor. A esto yo le llamo tener "coherencia", "personalidad", "independencia" y ..... una cara de cemento armado.

- Intenta meter su lengua en la boca de alguien en cuanto intuye tu presencia.

Bien, pues tu ex te odia y quiere que tu felicidad sea la misma a la de una alpargata. No te preocupes, es de lo más habitual (sobre todo en un determinado sexo sobre el que no me pronuncio jijiji. Probablemente te odie en la misma medida en que la que te desea, pero no lo sabe o no lo quiere ver. Así que, desesperado/a, intentará hacerte daño en cada ocasión que se le presente sacando a pasear su lengua en cuanto nota que te aproximas a un radio inferior a 500 metros. Disponen de un peculiar GPS emocional. A mi, concretamente, algún buen amigo me ha confesado de lo receptiva que le ha parecido alguna de mis ex mas putones verbeneros, justo a partir del momento en el que las he dejado. ¡¡También son ganas de perder puntos merecidamente con el único animo de fastidiar y creer hacer daño con ello!!.

- Te hace reproches/llora cuando os encontráis.

Tu ex es un cansino/a. Intenta ir de digno/a por la vida, pero lo cierto es que está triste y se siente victima de la actual situación, y se dedica a reprocharte tus comportamientos (los pasados, los presentes o/y los futuros, y por tierra, mar y aire) cada vez que tiene ocasión. No se lo permitas que tu ya has pasado lo tuyo también. El victimismo es el arma de los mediocres y entrar en ese juego puede resultar mas peligroso de lo que parece. La próxima vez que venga en ese plan, párale los pies: a llorar a su casa como haces tu. También puedes facilitarle el Teléfono de la Esperanza, el de tu psiquiatra o la dirección de un divertido bar que oferta un 3x2.

- Eres tú el que llora.

Advierte a tus amigos de tu tendencia suicida y esquizofrenia para que controlen la situación y te echen un cable. En mi caso, verme en esta situación va a resultar difícil. Y no porque me quiera mucho, que no es el caso, sino porque difícilmente voy a representar el papel de victima ante segundas o terceras personas si nunca soy capaz de verme como victima ante mi mismo por difícil que sea el asunto que se me plantee. Bloquéalo en whatsapp, facebook, twitter y cuantas formas de comunicación posibles podáis establecer. No escuches a Pablo Alborán o a Alex Ubago (no los escuches nunca, por Dios).

- Os tratáis con colegueo.

Qué bonito, qué buen rollo, qué amistad más sana. Sois tan modernos, tan educados y estáis tan a favor de la alianza de las civilizaciones que, desde que lo habéis dejado os queréis, si cabe, todavía más. Ya no podríais volver, porque algo se os ha roto por dentro, pero os respetáis como nunca jamas. Profunda y presuntamente de verdad. Os alegráis tanto de la felicidad del otro, de que tenga un trabajo cojonudo como el que nunca tuvo estando contigo, de que su novia sea tan guapa o su novio tan listo que os podéis tomar unas copas juntos como si nada. Como si pasarais de novios a hermanos. Malditos cínicos (en la mayoría de los casos).

- Tenéis amigos en común y seguís coincidiendo.

No es que os busquéis voluntariamente, sino que las circunstancias hacen que sigáis coincidiendo con relativa frecuencia. Nada o poco parece haber cambiado desde que lo dejasteis. vivís en el mismo sitio, trabajáis en el mismo lugar, compartís los mismos amigos, las mismas aficiones, etc. etc .... Es una situación bastante común, fruto en parte, de esa rara costumbre de tener que compartirlo todo, hasta los amigos. Por favor, intentad reservar a vuestros buenos amigos de soltero cada uno en vuestro bando, y cuidadlos durante el tiempo que dura la pareja. El día de mañana lo agradeceréis. Y si no tenéis más amigos o relaciones que los que os ha reportado vuestra estancia en pareja, entonces empezad por socializar un poco, antes de volver a enamoraros. Es bastante mucho más urgente eso que una relación amorosa y bastante mas enriquecedor. Pese al dicho, la mancha de la mora, con otra verde no se quita. Ni los huecos convienen rellenarlos artificialmente.

- Os veis de nuevo y teníais una asignatura pendiente

Os habéis estado eludiendo durante años (voluntariamente o no) pero creéis que ha llegado el momento de acometer aquella asignatura pendiente que dejasteis colgada, sin hablar sobre ello suficientemente, sin cerrar definitivamente el circulo. Bien, puede que haya pasado el tiempo suficiente como para que la experiencia resulte sanadora para ambos, pero solo si los dos acudís al encuentro con la misma actitud, determinación y honestidad. De cara, sin acritud y sin disfraces. Si no, sera mala idea. El sabor de boca indeterminado que tenias se tornará agrio de por vida y eso ni te lo mereces, ni te lo perdonaras.

- Os habéis convertido en mejores amigos que antes.

Repito, ¿no tenéis amigos o qué coño os pasa? Tu ex no puede ser tu mejor amigo, a no ser que fuese muy amigo antes de ser tu pareja, en cuyo caso lo más probable es que te quedes sin amigo y sin pareja cuando todo se vaya al garete. Si insistes en reconquistar esa tierna relación de amistad anterior a la cohabitación lujuriosa, ten en cuenta que pueden saltar chispas en cualquier momento ¿No será que necesitas estar con él/ella a toda costa? Probablemente es que queréis (uno de los dos, al menos, quiere) volver y revestís de amistad algo que tiene que ver más con el deseo y el control hacia el otro. ¿O no?. En cualquier caso, hacéroslo mirar porque no parece muy saludable que digamos. ¿Que será lo siguiente? ¿Intentar ocultarle a tu próxima pareja que ese/a amiguito/a con el que vas a cine, de compras o a hacer extrañas rutas de senderismo te roció de sus hormonas saltimbanquis durante varios años y fue el primero en disfrutar de los tuppers de lentejas de tu santa madre?.

- No os veis y no sabéis nada el uno del otro

Pues deja de teclear su nombre en Google y a otra cosa mariposa. Apúntate a Badoo u otras pagina parecidas si te va lo cibernético porque te va a resultar mas ventajoso. La curiosidad mato al gato ¿o no lo sabéis? Si os hayáis en la mejor de las situaciones posibles, es decir, no sabes si realmente se ha ido a Nueva Zelanda pero el caso es que no os tropezáis, pues déjalo estar.

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