Siria y la obscenidad moral (articulo de Olga Rodríguez para
eldiario.es)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro de Reino Unido, David Cameron (Efe) |
Se habla de una inminente intervención militar en
Siria. Hay quien lamenta que no se haya producido antes, que Estados
Unidos y sus aliados no “reaccionaran” hasta ahora. No ha sido
desinterés, sino más bien una apuesta estratégica calculada.
Desde hace más de dos años Rusia e Irán apoyan militarmente al régimen sirio. A su vez, diversas potencias occidentales, así como sus aliados en Oriente Medio, intervienen en Siria de forma más o menos subterránea, proporcionando armas e información de inteligencia a los rebeldes. Francia y Estados Unidos, entre otros, han suministrado ayuda militar a los grupos armados de la oposición. La CIA
y los servicios secretos británicos trabajan en el terreno apoyando a
los rebeldes sirios y aconsejando a los países del Golfo sobre los
grupos a los que deben armar.
El material bélico
facilitado a los rebeldes que luchan contra Assad ha llegado
principalmente a través de los países del Golfo y Turquía, y ha sido
medido con precisión desde 2011, para que estos no dispusieran de
armamento pesado. De este modo los ‘rebeldes’ han podido herir pero no
tumbar el gobierno de Assad; han contado con capacidad suficiente para
resistir pero no para vencer. Y así, el conflicto se ha mantenido en un
nivel que permite a ambos bandos sobrevivir, desgastándose. Es el punto
muerto, la situación indefinida que hasta ahora ha convenido a algunos
actores internacionales involucrados de un modo u otro en el conflicto.
No es algo nuevo. En los años ochenta, cuando estalló la guerra entre
Irán e Irak, Washington proporcionó apoyo, armas e información militar a
Bagdad, y de hecho Sadam Hussein empleó gas sarín estadounidense contra
población iraní y kurda. Pero en una estrategia de doble juego EEUU
también facilitó secretamente armamento a Irán entre 1985 y 1987 a
través de una red de tráfico de armas estadounideses e israelíes
organizada por la CIA.
Con los beneficios de ese negocio, Washington apoyó a la Contra nicaragüense
y a la guerrilla afgana que luchaba contra las tropas soviéticas en
Afganistán. La operación fue conocida con el nombre de “Irangate”. De
este modo Estados Unidos contribuyó a la prolongación de la guerra entre
Bagdad y Teherán, con el propósito de desgastar a dos países
estratégicos y con petróleo y de dejarlos fuera de juego. Si ambos
perdían, Washington ganaba.
La búsqueda de una partida de ajedrez en tablas
En el caso sirio se considera que si algún bando gana, Estados Unidos
pierde (y con él, Israel). Es la premisa aceptada en ciertos círculos
políticos y diplomáticos occidentales. Por eso se ha apostado por la
guerra del desgaste, por el punto muerto, por una situación indefinida.
Ahora que Assad había tomado ventaja con respecto a sus enemigos, la
comunidad occidental anuncia un nuevo nivel de intervención en Siria.
Así lo expresaba esta semana, sin pudor alguno, Edward Luttwak, del
Center for Strategic and International Studies, en un artículo publicado
en The New York Times:
“Un resultado decisivo para cualquier bando sería inaceptable para
Estados Unidos. Una restauración del régimen de Assad respaldado por
Irán aumentaría el poder y el estatus de Irán en todo Oriente Medio,
mientras que una victoria de los rebeldes, dominados por las facciones
extremistas, inaguraría otra oleada de terrorismo de Al Qaeda.
Solo hay un resultado que puede favorecer posiblemente a Estados
Unidos: el escenario indefinido. Manteniendo al Ejército de Assad y a
sus aliados, Irán y Hezbolá, en una guerra contra luchadores extremistas
alineados a Al Qaeda, cuatro enemigos de Washington estarán envueltos
en una guerra entre sí mismos...”.
La espuma de las intenciones reales
Si viviéramos en un mundo idílico podríamos creer en la bondad de la
política internacional. Las guerras serían esas misiones de paz de las
que tanto hablan los dirigentes occidentales, y los gobiernos se
moverían impulsados tan solo por la defensa de los intereses de los
ciudadanos. Pero nuestro mundo dista mucho de ser idílico.
La Historia, esa gran herramienta para analizar también nuestro
presente, nos demuestra que a veces las versiones oficiales de un
gobierno son solo la espuma de sus posiciones reales. Que detrás de
posturas públicas aparentemente altruistas se esconden políticas
ilegales y criminales. Que por debajo de los discursos oficiales en
nombre de la defensa de los derechos humanos se mueven intereses
económicos y geopolíticos.
No hace falta rebuscar mucho para encontrar ejemplos:
El apoyo de Estados Unidos a los golpes de Estado y a las dictaduras en
la Latinoamérica de los años setenta; las mentiras para invadir y
destrozar Irak, las excusas para invadir y ocupar Afganistán, la
negación sistemática de crímenes de guerra, de asesinatos de civiles, la
creación de centros de tortura diseminados por todo el mundo, la
aceptación por parte de Europa de los vuelos de la CIA, el uso de
aviones no tripulados -drones- para cometer asesinatos extrajudiciales,
el empleo de uranio empobrecido, la venta a armas a gobiernos
evidentemente dictatoriales y represores y así un largo etcétera.
Casualmente esta misma semana la CIA reconocía algo ya sabido: Su papel
detrás del golpe de Estado que en 1953 derrocó al primer ministro iraní
Mohamed Mossadeq, elegido democráticamente y que había nacionalizado el
petróleo iraní, hasta entonces explotado por Reino Unido
principalmente.
Recientemente también se ha hecho
público un contrato por el que Estados Unidos facilitará bombas racimo a
la monarquía absolutista de Arabia Saudí, que suministra armamento a
los rebeldes sirios.
Los únicos árbitros
Las
potencias occidentales pretenden erigirse de nuevo como árbitro
desinteresado al que hay que llamar cuando las cosas se ponen feas. Se
presentan a sí mismas como “solucionadoras” de conflictos a través del
uso de bombas y del impulso de operaciones militares aparentemente
“limpias, justas y breves” (eso dijeron de Irak, cómo olvidarlo).
EE.UU y sus aliados no parecen dispuestos a esperar los informes de los
inspectores de Naciones Unidas antes de atacar Siria, lo que sienta un
peligroso precedente.
El régimen de Assad es
responsable de represión, de miles de muertos, pero en este caso no se
ha probado aún que sea el autor del ataque con armas químicas. Podría
serlo, de hecho es uno de los seis países que no ha firmado la
Convención de control de armas químicas (su vecino, Israel, no la ha
ratificado).
Pero lo serio -y lo
legal- sería esperar a las conclusiones de la ONU sobre el ataque y,
tras ello, buscar otras opciones alternativas al lenguaje de las bombas.
De lo contrario se estará apostando por una guerra nuevamente ilegal,
que no contará con la aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas.
Si hoy Washington y sus aliados actúan como
"árbitros" para decidir si hay que atacar o no un país, mañana otra
nación puede reivindicar el mismo "derecho".
Las otras "obscenidades morales"
El primer ministro británico, David Cameron, ha dicho que el ataque con armas químicas en Siria es algo “ absolutamente aborrecible e inadmisible”, el presidente francés François Hollande
ha anunciado que “Francia castigará a los que han gaseado a inocentes” y
el secretario de Estado estadouniense, John Kerry, ha afirmado que el
uso de armas químicas es una obscenidad moral.
Cabe preguntarse si el empleo de fósforo blanco
en Faluya (Irak) por EE.UU no es una obscenidad moral ni un acto
"aborrecible, inadmisible". Es legítimo plantearse si no sería
pertinente, por tanto, castigar, tal y como Francia ha defendido, a los
que han gaseado a inocentes, como Israel en Gaza o Estados Unidos en
Faluya.
Que hable de obscenidades morales un Estado
que en tan solo la última década ha asesinado, herido, torturado,
secuestrado o encerrado sin cargos a cientos de miles de personas es
cuanto menos llamativo. Que potencias que legitiman secuestros,
torturas, asesinatos extrajudiciales y cárceles como Guantánamo traten
de erigirse una vez más como adalides de los derechos humanos y las
libertades resulta un tanto delirante. Y que un Premio Nobel de la Paz
vaya a apostar una vez más por la vía militar demuestra el marco
orwelliano en el que nos hallamos.
En medio del
laberinto de intereses internos, regionales e internacionales se
encuentra la población civil siria, castigada por la violencia, dentro
de un conflicto del que también son responsables los actores regionales e
internacionales implicados desde el inicio.
En estos dos últimos años, la guerra en Siria ha provocado 100.000 muertos y dos millones de refugiados, de los que más de un millón son niños. Pero parece que estas muertes y estos desplazados no eran hasta ahora una obscenidad moral.
Hay muchas preguntas que no se están respondiendo:
- ¿De qué forma ayudarán las bombas occidentales a la población siria?
- ¿Cómo van a evitar víctimas civiles (teniendo en cuenta además los trágicos precedentes)?
- ¿Se ha valorado que una participación abierta de varios países en el
conflicto podría elevar el nivel de confrontación en la región?
- ¿Cómo evitarán el empleo de más armas químicas en en el futuro?
Y después de esos dos días de ataques, ¿qué? ¿De nuevo la guerra de
desgaste, el escenario indefinido, la intervención subterránea?
O por el contrario, ¿más bombardeos, más ataques, más guerra
presentada, en pleno siglo XXI, como vía para la paz, mientras se da la
espalda a otros caminos, a otras políticas?BARACK DE ARABIA
Parece que la única forma de bombardear un país para que se sepa que lo
estás bombardeando es bombardearlo efectivamente con bombas, misiles y
demás panoplia (depende de tu stock y de lo que hayan invertido en tu
campaña los lobbies de la industria del armamento). Pero, ojo, bombardea
con moderación, no te vayas a cargar el régimen. Por muy asesino y
tirano que sea, no te olvides de que es la única autoridad que todavía
mantiene el status quo en la región. No te gusta Soria, ni a nadie, pero
peor es lo otro, el caos tribal y los fundamentalismos religiosos por
Ágreda, El Burgo de Osma o Almazán, esos rebeldes. Así que cuidadito con
soliviantar la zona por un quítame allá unos productos químicos.
Cuidado con Zaragoza, que han inflado a los sorianos de armas desde ni
se sabe. Cuidado con Guadalajara, que siempre tuvo sus pretensiones
territoriales. Cuidado con Burgos, que están pallá y son ultraortodoxos.
Cuidado con Logroño y sus cánticos regionales. Cuidado con Segovia y
sus catapultas de cordero desde Sepúlveda...
Así que ya sabes, Barack,
misiles con papel de fumar. Testimoniales. Para que el mundo sea
consciente de que hay un policía y que está muy feo matar con gases. Que
eso es de nazis... Espera un momento... ¿Qué país sería el primero en
usar la cámara de gas para cepillarse al prójimo? Alemania, seguro...
¡Error! Estados Unidos, en 1924. Prisión de San Quintín. California.
Otros dicen que en 1937, pero Estados Unidos igual. Vaya, unos añitos
antes que los nazis, en todo caso. Aunque con la que estáis montando
seguro que ya no asesináis a la gente de esa manera... ¡Error otra vez!
El último "ajusticiado" en la cámara de gas no lleva muerto ni catorce
años. En 1999. En Arizona. Arizona, que debe de ser como Soria...
Que
sí, que vale, que todo es demagogia y que según vuestras pruebas Bashar
al Assad se cargó a un montón de personas por la cara, un barrio entero,
sin sentencia de muerte ni jurado borracho... De acuerdo, pero es que
me pongo a sumar todos los que lleváis asesinados los Estados Unidos con
vuestra democrática pena de muerte y we trust in matarile, y me sale
una ciudad pequeñita.
Dresde aparte, en 1945, aunque de nuevo sin amparo de las Naciones Unidas. Me sale Soria, Barack. No por nada, pero a ver ahora la autoridad moral de los Tomahawks por más que sólo la puntita y por más que tú también te sientas soriano, como Kennedy en Berlín. Barack de Arabia, Lawrence de Honolulu, que vas a arreglar el mundo árabe tú solito, empezando por Soria y los malditos gases de su alcalde. Hombre, ¿no habrá otra forma de bombardear a un alcalde que no sea bombardeando su municipio y a sus policías municipales? Ah, que hay cecina en la región y que no tengo ni puta idea... Va a ser eso. Lo que tú digas. Pero luego no te quejes (y te comes el "yes we can") cuando un soriano bomba te deje Arizona y el creciente fértil de California como unos zorros... (*)
*Nota: Espero de la inteligencia de los lectores de este blog que no se me suponga aversión alguna a Soria, ni a Siria, por demás. Es el sentido del humor, que me puede, y que probablemente haga un poquito más larga mi estancia en el infierno, aunque también más amena. Excusatio non petita, pocas nueces.
Dresde aparte, en 1945, aunque de nuevo sin amparo de las Naciones Unidas. Me sale Soria, Barack. No por nada, pero a ver ahora la autoridad moral de los Tomahawks por más que sólo la puntita y por más que tú también te sientas soriano, como Kennedy en Berlín. Barack de Arabia, Lawrence de Honolulu, que vas a arreglar el mundo árabe tú solito, empezando por Soria y los malditos gases de su alcalde. Hombre, ¿no habrá otra forma de bombardear a un alcalde que no sea bombardeando su municipio y a sus policías municipales? Ah, que hay cecina en la región y que no tengo ni puta idea... Va a ser eso. Lo que tú digas. Pero luego no te quejes (y te comes el "yes we can") cuando un soriano bomba te deje Arizona y el creciente fértil de California como unos zorros... (*)
*Nota: Espero de la inteligencia de los lectores de este blog que no se me suponga aversión alguna a Soria, ni a Siria, por demás. Es el sentido del humor, que me puede, y que probablemente haga un poquito más larga mi estancia en el infierno, aunque también más amena. Excusatio non petita, pocas nueces.
Un video que puede ayudar a entender lo que pasa en Siria
La guerra de Siria explicada en unos minutos, de forma rápida y atractiva.
Para entender cualquier cosa en este complejo mundo actual, la mejor vía es conocer cómo hemos llegado hasta aquí. Esta viene a ser la idea básica de este vídeo.
Siria es hoy el país donde se centran todas las miradas de la comunidad internacional. Sumido en una guerra civil que va camino de alargarse casi un lustro, diversas facciones luchan en su interior, y pocas, por el momento, están cerca de imponerse en la contienda. Entre tanto, las potencias internacionales (EEUU, Rusia) bombardean a los enemigos de sus respectivos aliados.
En diez minutos y utilizando una quincena de mapas hechos a mano,
Sergio de Pazos y Bruno Teixidor realizan un repaso generalizado a la
situación de Siria, su interés estratégico, las fuerzas actuales
implicadas y un largo y muy entretenido repaso a la historia de la
región, que va más allá del territorio sirio contemporáneo.
El repaso histórico es exhaustivo: desde el surgimiento de las primeras civilizaciones y las religiones monoteístas hasta los tratados posteriores a la Primera Guerra Mundial que definen sus actuales fronteras, pasando por el dominio islámico, el Imperio Otomano y la composición étnica de los nuevos estados surgidos en Oriente Medio tras la Segunda Guerra Mundial.
Se puede apreciar en el vídeo la apuesta clara por un lenguaje directo (utilizando palabras malsonantes en algunos casos), ameno y evitando parecer del tipo "Canal Historia". En palabras de los autores, una versión de "dos entusiastas de la historia explicándosela a alguien que no vemos, pero que podría ser nuestro colega".
El repaso histórico es exhaustivo: desde el surgimiento de las primeras civilizaciones y las religiones monoteístas hasta los tratados posteriores a la Primera Guerra Mundial que definen sus actuales fronteras, pasando por el dominio islámico, el Imperio Otomano y la composición étnica de los nuevos estados surgidos en Oriente Medio tras la Segunda Guerra Mundial.
Se puede apreciar en el vídeo la apuesta clara por un lenguaje directo (utilizando palabras malsonantes en algunos casos), ameno y evitando parecer del tipo "Canal Historia". En palabras de los autores, una versión de "dos entusiastas de la historia explicándosela a alguien que no vemos, pero que podría ser nuestro colega".