Hace poco he tenido ocasión de visionar un emotivo y esclarecedor reportaje (podeis verlo arriba) sobre un suceso ocurrido hace algo mas de un año, y confieso que cuando ocurrieron los hechos no me quedó claro, en el que Iñigo Cabacas, de 28 años, falleció después de permanecer tres días en estado muy grave y en coma, a causa de las heridas producidas por el impacto de una pelota de goma disparada por la Ertzaintza en Bilbao en abril de 2012, tras un partido de fútbol.
Esther Quintana, otra de las victimas de las pelotas de goma |
El documental refleja, mediante diversos testimonios y con una exactitud casi milimétrica, las horas posteriores al partido que el Athletic había disputado con el Schalke 04, el momento de la violenta carga de la Ertzaintza, que acabó con la vida de Cabacas, y los días posteriores. El documental se inicia situando al espectador dentro de la vorágine festiva y la euforia que rodeaba a aquel partido, con ayuda de recortes de prensa, de testimonios de algunos amigos e incluso de palabras de jugadores del club rojiblanco como Carlos Gurpegui o Andoni Iraola e incluye las grabaciones de las comunicaciones internas de la Ertzaintza difundidas por GARA y NAIZImpresionante. Te deja sin palabras; te hace meditar de que tipo de Policía tenemos, y a que tipo de Policía debemos y queremos aspirar. No deja indiferente a nadie, retrata como nada ni nadie el clima y relación existente entre la Policía y la ciudadania en el País Vasco. Emociona de principio a fin con una música como gran transmisor de sentimientos. Pasas de llorar escuchando a sus amigos y padres, a la rabia e indignación al comprobar que la justicia no existe, que la política (así con minúsculas) lo invade y enturbia todo, para terminar con el homenaje de su gente, aquellos que no olvidaran la positividad y buen corazón de Pitu, como le llamaban los suyos. Aquel disparo no sólo acabó con la vida de Iñigo, también con la de su abuela, con la de unos padres que perdieron a su único hijo y a unos amigos que vieron cómo les quitaban una parte de su propia vida.
Se me ocurren varias preguntas que, me temo, quedaran ya sin respuesta:
- ¿Que tipo de pelea provoco la llegada del primer furgón policial?
- ¿Por qué el mando de la central de Deusto, haciendo caso omiso de las informaciones que le daban sus propios subordinados, insistía de forma chulesca en que fueran a la herrico y "controlaran" lo ya de por si controlado?
- ¿Que tipo de persona es el policía, ertzaintza en este caso pero policía en definitiva, que tiraba del brazo de la chica mientras cuidaba de Iñigo. O el que le dijo que se fuera si no quería acabar igual?
- ¿Cómo se pueden ir a casa con tu familia algunos policías después de esto como si no pasara nada? ¿Qué tienen en vez de tripas?
- ¿Por qué alguien que no se informe bien de lo sucedido y solo disponga de la versión oficial, tendrá la sensación de que lo ocurrido tiene algo que ver con ETA, con lo abertzale, con la kale borroka, con "eso que pasa" en el País Vasco un día si y otro también?
- ¿Que tipo de gestión policial hace posible que unos policias personados en un sitio, y con toda la información, tengan que acatar las ordenes de un ciego demente malinformado?
- ¿Donde estaban los policías cuando se produjo la pelea previa, por la cual al herido le tuvieron que operar en Basurto para ponerle una placa metálica en un pómulo que tenía hundido, algo bastante mas grave de lo que se esta dando a entender?
- ¿Que mecanismo opera en la mente de un mando policial, cuando sabe que sus ordenes van a poner en contra a los testigos ciudadanos de determinados hechos de por vida?
- ¿Que extraña cualidad hace que la amiga de Iñigo tenga en mente solo ayudarle, encuentre fuerzas para recriminar a la policía su actuación, y tenga la entereza de poder contarlo con la lógica emotividad del recuerdo?
- ¿Por qué tanto corporativismo en ciertas profesiones y, desde luego, en la policía? ¿No seria mejor, ya por pura higiene democrática, depurar responsabilidades?
- ¿Por qué esa sensacion de impotencia propia y verguenza ajena no es general, y la tenemos solo unos cuantos?
- ¿Por qué, habiendo tantos HPs sueltos, en este tipo de situaciones acaban pagándola siempre los mejores?
- ¿Cuanto tiene que suceder en este país para que suceda algo parecido a una dimisión, una asuncion de responsabilidaddes, una restitución del daño causado, un reconocimiento o una digna memoria?
- ¿Cuando nos daremos cuenta de que cualquiera pudimos ser Iñigo?
- ¿ Que pesa mas en este tipo de acontecimientos: la pena, la rabia o la impotencia?
- ¿Por qué se usaron entonces, y se siguen usando ahora las dichosas y eufemísticas pelotas de "goma" (que no nos engañemos mas, matan o cuanto menos hacen mucho daño indiscriminado) pese a las directrices europeas en este sentido?
- ¿Quien decide que primero se "controla" la situación y luego se permite a las ambulancias acudir al lugar? ¿Quien, y en base a que, decide esas prioridades?
- ¿En que situación coloca este tipo de acontecimientos al ejemplar ciudadano de a pie? ¿Quien le dará la seguridad y tranquilidad necesarias?
- ¿Qué será peor, que la justicia llegue tarde o que ni llegue ni se la espere?
No hay comentarios:
Publicar un comentario