
¿Y si el más allá estuviera más cerca de lo que creemos y fuera, en realidad, un más acá?
¿Y si los reptilianos hubieran decidido abandonar sus guaridas y presentarse a las elecciones tras la muerte de Franco?
¿Y si los extraterrestres no fueran cabezones con antenas sino rubias con mechas?
¿Y si fuéramos víctimas de una invasión alienígena silenciosa y progresiva?
¿Y si esa invasión no tuviera otra finalidad que la de llevar a cabo reformas estructurales profundas?
¿Tendría que ver esa superioridad de casta con la risa sardónica que ostentan algunos líderes políticos y que les distingue de la masa?

Todo parece indicar que hay una casta superior de origen desconocido que se comunica con un código secreto y domina a los españoles colonizándoles el inconsciente para llevar a cabo sus execrables fines mientras hacen creer a los súbditos que son, como ellos, humanos.
Al parecer, del mismo modo que la virgen escogió un pilar en Zaragoza para presentarse en sociedad, estos entes han comenzado la invasión terrestre por España. La lógica nos hace pensar que hubiera sido más práctico entrar directamente en EEUU como en la película Mars Attacks! y así, una vez conseguida la rendición del amo, privatizar el planeta, pero ésa es la forma de pensar indolente, pragmática y reacia al trabajo del humano medio que tiende a la horizontalidad y la reducción de esfuerzo físico en su afán por alcanzar la felicidad contrarreloj, dado lo breve de su paso por la vida.


Sí, establecen con los súbditos una relación sadomaso que pasa por tocar los genitales del español medio haciendo que salte y poder así soltarle una gaya en el proceso de doma permanente que llevan a cabo, para ponerlo de nuevo en su sitio cada vez que saque los pies del tiesto, expresión que delata la consideración que tienen estos seres extraterrestres de los españoles, a los que clasifican dentro del reino vegetal. Del mismo modo que los griegos, según Freud, nos transmitían mensajes cifrados a través de sus tragedias, José Luis Cuerda nos intentó prevenir de esta cuestión en su película Amanece que no es poco, donde retrataba huertos en los que crecían nuevos españoles.
Lo que le pasó el otro día en Madrid a una prócer local que protagonizó un extraño suceso paranormal por las calles de la ciudad no es más que un episodio anecdótico de esta invasión como consecuencia de un pequeño fallo técnico.


La calle estaba desierta según relata la alienígena y es que, al parecer, con sus ojos de bujía solo perciben vida a partir de la emisión de cuatrocientos mil megahercios de vibración del aura: todo lo que se encuentra por debajo de ese parámetro no es vida aunque, claro está, en su estrategia conquistadora que pasa por convertir al español al conformismo triunfalista, venden como brote verde de felicidad lo que para ellos no es mas que penuria vital de supervivencia.
También fue bueno para ella que el suceso ocurriera en España y no en
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Única imagen de los hechos |
Un fallo absurdo que delata la cada vez más evidente presencia de estos seres del más allá. Acaban de privatizar el servicio de extracciones de los donantes de sangre, comercian con nuestros hematíes. ¿Hacen falta más pruebas?
Están entre nosotros y parecen de los nuestros, pero no lo son. Debemos estar prevenidos, no se ha inventado el muro ni la concertina que les detenga.
El Gran Wyoming
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