El dia 3 de febrero, festividad de San Blas, muchos portales de Ermua (vizcaya) y alrededores despliegan un olor caracteristico. La esencia de anis hace que un aroma muy reconocible se extienda recordando que ha llegado este dia. Dicen que las tortas de San Blas ganan cuando son bendecidas.
Así, a la misa del 3 de febrero los ermuarras, principalmente los niños y niñas, acuden con las tortas para ser bendecidas. En muchos casos la cinta con que se atan las tortas, «contagiada» de las virtudes benéficas del mismo alimento, se emplea como aislante de las afecciones de garganta y sistema respiratorio, atándola en las muñecas de los más pequeños y los mayores de la casa.
Además de la misa y la bendición, ese dia se celebra una nueva edición del concurso de tortas de San Blas. La Asociación de Comerciantes y Hosteleros de Ermua, ACHE, consolida su concurso de San Blas con la celebración de la septima edición. Este certamen, que viene teniendo gran éxito en las pasadas ediciónes, se volvió a celebrar este 3 de febrero de 2013.

La ACHE instala durante ese día dos carpas en la plaza. Una de ellas vende bebida y otra los tradicionales 'sanblases'. La recaudación de estos 'stands' se entrega a un proyecto benefico que va variando año tras año. Además de animar las calles y contribuir a una iniciativa solidaria, esta asociación quiere apoyar la tradición culinaria de la elaboración del San Blas, que tanto arraigo tiene en Ermua.
Otras zonas
En el día 3 de febrero, tambien Eibar se viste de blanco, el blanco de la torta y el trapo que la cubre. El santo protector contra los males de garganta tiene muchos fieles en Gipuzkoa, pero sobre todo en Eibar, el sitio que mejor ha sabido conservar la tradición de las tortas de San Blas, que luego se bendicen en la iglesia. Cada dia de San Blas, las esculturas de bronce que se encuentran ante la parroquia de SAn Andres cumplen un nuevo año. Esta vez su cumpleaños numero 14 despues de que fueran inauguradas en el año 1999, precisamente un dia de San Blas. Las imagenes representan a dos niños que portan sus tortas. Desde su inauguracion, estas figuras se han convertido en un icono de la fiesta, y son muchas las familias que aprovechan este dia para fotografiar a sus pequeños junto a ellas en poses graciosas y ocurrentes.
Si uno abre el diccionario de euskera de la zona de Bergara (Bergara aldeko hiztegia) y consulta el vocablo San Blas-opilla (Torta de San Blas), se encontrará con el dato de que «esta tradición se ha extendido desde Eibar a los demás pueblos».
Hoy en día muchas pastelerías guipuzcoanas ofrecen tortas de San Blas. Es un fenómeno relativamente reciente. Hace un par de décadas, lo hacían las de Eibar y su contorno, y pocas más. Y, paralelamante, las tortas siguen siendo un asunto doméstico cuya elaboración se hereda de madres a hijas. Se siguen haciendo en multitud de hogares.
Margarita Olañeta ha publicado en más de una ocasión la receta, en la revista Eibar, a cuyo equipo directivo pertenece. Viuda de un eibartarra muy implicado en tareas culturales, José Mari Kruzeta, Margarita defiende el uso de la manteca: «Para mí, la manteca es fundamental. Si haces la torta con mantequilla, a los pocos días se queda algo dura. La que se hace con manteca dura mucho más. Mi marido era tremendamente aficionado y las tortas le duraban hasta sanjuanes». Margarita no es nacida en Eibar, sino en Ermua, «y allí, cuando yo era pequeña, no existía la costumbre de hacer tortas en las casas. Se compraban en la panadería o en la pastelería y luego se llevaban a bendecir». Cuando se casó con José Mari Kruzeta, la madre de éste se encargó enseguida de que la nueva mujer de la familia aprendiera la receta y se ejercitara todos los años.
Tradicion culinaria
Para un kilo de harina, usa seis huevos -cuatro de ellos enteros y de los otros dos sólo la yema-, 500 gramos de azúcar, dos sobres de levadura Royal, 150 gramos de manteca, una taza pequeña de leche y un poco de esencia de anís. No amasa toda la harina a la vez, sino que la va incorporando en varias fases. Y para la cubierta blanca, usa las dos claras que han quedado al margen del proceso anterior, junto con 200 gramos de azúcar glass y otro poco de esencia de anís.
La torta está experimentando un fuerte auge comercial. Si hace una década se producía y vendía en los días previos a San Blas, ahora se comercializa a lo largo de varios meses. Y se elabora en las pastelerías de todos los pueblos, en parte por la simpleza de la fórmula. Una pastelería de Beasain, Gariona, comentaba a este periódico que este dulce se empezó a elaborar en la villa ferroviaria a mediados de la década de los 80. Mientras, la casa Barrenetxe de San Sebastián, proclama en el escaparate que las suyas son «las aúténticas tortas eibarresas». «A las amas de casa, lo que más complicado le resulta es la cubierta blanca, pese a que no tiene mayor misterio», prosigue Gisasola.
Hablando en términos muy generales, las tortas se pueden dividir entre las que tienden al bizcocho y las que son más compactas. En Eibar conviven las dos tendencias, y es de suponer que en épocas anteriores predominarían las compactas.

Así como la torta ha llamado siempre la atención de la gente, hay otro elemento gastronómico relacionado con San Blas que ha pasado más desapercibido: el rosco de pan. El llamado rosco de San Blas es un pan en forma de círculo con un amplio agujero en el centro. No muy lejos de Eibar, en Antzuola, se estila este rosco, que se bendice en la ermita que lleva el nombre del santo.
Muchas ermitas
La ermita de Salluente, en Aretxabaleta, es otro lugar con una celebración de San Blas muy arraigada, al igual que la ermita de San Blas en Tolosa. Y Zerain, con su ermita de San Blas, tampoco se queda a la zaga. Este domingo habrá bendición de los alimentos en todas las parroquias de la provincia y en algunas ermitas.
Hay ermitas en honor a este santo en Antzuola, Aretxabaleta, Bergara, Elgeta, Getaria, Tolosa y Zerain. Y tambiéen las hubo en Arrasate y Mutriku.
San Blas es también día de cordones. Eibar y los pueblos de alrededor han desarrollado la tradición de llevar también a bendecir un cordón que luego se pone en la garganta durante ocho días. «Y después hay que quemarlo. Les he dicho a los nietos que vengan el domingo, que los quiero ver con la torta y el cordón», nos cuenta Margarita Olañeta.

Los sanblases de Abadiño son muy renombrados. Miles de visitantes acuden ese día a esa localidad vizcaína, atraídos por la feria especial. Y allí se ponen a la venta los famosos cordones, que hay que llevarlos puestos al cuello durante nueve días. Lo que antes se decía «un novenario».
Andanzas del santo
Según la tradición, el santo, Blas de Sebaste, fue médico y obispo de la ciudad de Sebaste (Armenia) en el siglo IV. Hizo vida eremítica en una cueva del Monte Argeus, que convirtió en su sede episcopal. Era conocido por sus curaciones milagrosas, tanto a personas como a animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Éste es el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta.

Según una leyenda, se le acercaban también animales enfermos para que les curase, pero no le molestaban en su tiempo de oración.Su fama fue enorme y sólo en la ciudad de Roma se erigieron 35 iglesias en su honor. Es conocido el refrán castellano: «Dice San Blas a la espina: vete de la garganta, o sube o baja». Asimismo, a quien se atraganta se le propinan unos golpes en la espalda mientras se invoca: «San Blas, adelante o atrás».
Son fechas importantes en el calendario religioso. El sábado es el día en el que se bendicen las candelas, el domingo se bendicen los alimentos y el martes es Santa Agueda. Días también de frío, como dice el refrán: «Kandelarioz elurra dario, San Blasek lagunduko dio».
En casa de Margarita Olañeta no hacían la torta de San Blas, pero en muchas casas de Ermua, si.
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