- DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS -
No esperes nada especial de mí, y no te decepcionaré. Ése parece ser el secreto de la felicidad: en general, no equivocarte al elevar tus propias expectativas.

Al adentrarte en este blog, tan sólo advertirte que (suelo, prefiero y) me gusta pensar y opinar por mi mismo; lo que a veces no recuerdo muy bien es en qué orden se debe realizar ese proceso. Y claro, ...así me va. Aunque últimamente y con los años, procuro "controlar" cierto orden en todo esto, la verdad es que no siempre lo consigo. Unas veces pienso lo que digo y otras, digo lo que pienso. Discúlpame en estos últimos casos; ten presente que yo procuraré hacer lo mismo contigo.

Una cosa más: como supongo que sabréis por vuestra propia experiencia, inexorablemente llega una hora de la madrugada en la que, como en esos antros habitados por gente "impresentable", hay que irse del "chinguirito" o del pub .... Eso, o quedarse, pero siempre teniendo en cuenta las especiales circunstancias que empiezan a concurrir. Es cuando ya no distingues un gintónic de un Dyc con cocacola ni por la luz ni por el sabor. Es cuando quienes parecían, en principio, poco agraciad@s físicamente empiezan a tener visibles virtudes. Algo así como si los dioses te soltaran una indirecta: "venga chaval, que ya está bien ...".

Bueno, pues algunas veces tengo la sensación de que la creación de este peculiar blog es fruto de esos momentos de "chinguirito". Quizás por eso, la mayor parte de lo que encuentres en este peculiar lugar para la reflexión introspectiva es absolutamente arbitrario y accidental, con ese sano espíritu que unicamente suele emanar de los lujos de la Realísima Gana. Por lo tanto, se evidencia que aquí no hallarás razones para la ecuanimidad, para el estricto rigor o para la exactitud ni, me temo que mucho menos, demasiados motivos para el provecho personal.

Si ya decidiste quedarte en este garito un instante más, (que sepas que te lo agradezco pero) ten en cuenta todo lo anterior para no llamarte a engaños. Recuerda que: para lo edificante, ya están las constructoras; para las doctrinas, los salvadores de patrias; para el pensamiento único, las dictaduras; y para las risas, los monólogos de comediantes. Aquí sólo encontrarás ideas, equivocadas o no, mostradas con seriedad o con la "guasa" que me proporcionó mi cigüeña, derivadas de un mayor o menor grado de desnudez implícita; pero eso sí, salidas casi siempre del corazón, con pretensiones honestas y, las veces que se pueda,
bienintencionadas, respetuosas y nada dadas al puro adoctrinamiento.


no obstante, publico alguna otra cosa ¡¡¡ aunque sólo sea por puro equilibrio emocional !!!

sábado, 8 de septiembre de 2012

Las 100 mejores poesías de la lengua castellana

   

Las Cien Mejores Poesías de la Lengua Castellana

Selección de
Marcelino Menéndez y Pelayo
(1856–1912)


EDICIÓN ELECTRÓNICA CENTENARIA
La primera edición se publicó en Madrid
por Librería Victoriano Suárez en 1908


Índice

Advertencia Preliminar

Comprende este tomo cien poesías líricas escogidas entre lo mejor de la literatura española antigua y moderna, excluyendo los autores vivos. No se nos oculta la dificultad de esta selección en que tanta parte puede tener el gusto individual, ni presumimos tanto del nuestro que estemos seguros de haber logrado constantemente el acierto. Hemos procurado, sin embargo, no omitir ninguna de las poesías ya consagradas por la universal admiración, ni dar entrada a ninguna que no tenga a nuestros ojos mérito positivo, aunque no siempre llegue a la absoluta perfección formal. Hay en algunas de estas composiciones rasgos de mal gusto propios de una época o escuela determinada, pero hubiera sido temeridad borrarlos porque la integridad de los textos es la primera obligación que la crítica impone al colector de toda antología por diminuta y popular que sea.
Hemos prescindido de las poesías anteriores al siglo XV porque exigirían un comentario filológico inoportuno en la ocasión presente. Las pocas que insertamos del siglo XV son de belleza indudable y fácil lectura para todo el mundo. El mayor espacio de nuestra colección va dedicado naturalmente a la edad de oro de nuestra lírica (siglo XVI y principios del XVII) . Se notarán en ella omisiones que nos duelen mucho, pero que eran inevitables dentro de los estrechos límites impuestos a nuestro plan: «spatiis exclusus iniquis». Nada hemos puesto de Castillejo, de Acuña, de Valbuena, de Jáuregui y otros preclaros ingenios, y hemos tenido que reducir a muy pocas muestras el tesoro poético de Góngora, de Lope de Vega y de Quevedo.
Nuestra tarea era relativamente fácil tratándose del siglo XVIII, el más prosaico de nuestra historia literaria, pero se tornaba dificilísima respecto de la opulenta producción poética del siglo XIX, que sin ser superior a la antigua como lo ha sido en Francia y en otras partes, ha continuado con nuevo espíritu la tradición de las formas líricas, las ha remozado a veces merced al impulso genial de los poetas y al contacto con extrañas literaturas, y ofrece buen número de obras ya sancionadas por el común aplauso. En esta parte más que en ninguna solicitamos y esperamos indulgencia.
Aunque se titulan «líricos» los poemas de esta colección, no ha de entenderse esta palabra en sentido tan riguroso que excluya algunas narraciones poéticas breves en que se entremezcla lo épico con lo lírico. Esta salvedad, que a todas las literaturas alcanza, tiene más propio lugar en la castellana, que siempre ha conservado rastros de su origen épico. Por eso incluimos algunos romances antiguos, de los de tono más lírico, y un par de leyendas de los dos grandes poetas románticos Zorrilla y el Duque de Rivas.
El orden en que van colocadas las poesías no siempre es estrictamente cronológico, porque se ha atendido a la sucesión de escuelas y formas artísticas.
                                  —M. Menéndez y Pelayo.
 

Biografía de Marcelino Menéndez y Pelayo
Statue of Marcelino Menéndez y Pelayo in the lobby of the Biblioteca Nacional de España, Madrid, Spain Foto por Miguel A. Monjas, de Wikipedia Commons.
Estatua de Marcelino Menéndez y Pelayo, por el escultor sevillano Lorenzo Coullaut-Valera en la entrada de la Biblioteca Nacional de España en Madrid.
Jorge Manrique
De Wikipedia Commons.
Jorge Manrique
Gaspar Melchor de Jovellanos
De Wikipedia Commons.
Gaspar Melchor de Jovellanos, por Francisco Goya en el Museo del Prado, Madrid.
Andrés Bello
De Wikipedia Commons.
Andrés Bello López, por Raymond Monvoisin.
José María Heredia y Herdia
De Wikipedia Commons.
José María Heredia, por Escamilla Guzmán.
Gertrudis Gómez de Avellaneda
De Wikipedia Alemán.
Gertrudis Gómez de Avellaneda, por Federico de Madrazo en el Museo Lázaro Galdiano, Madrid.
Gustavo Adolfo Bécquer
De Wikipedia Commons.
Gustavo Adolfo Bécquer, por Domínguez Bécquer, su hermano, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.



Esta obra se transmite desde los Estados Unidos de
América y está en el dominio público. Ningún derecho
reservado.


This work is transmitted from the United States of America
and is in the public domain. No rights are reserved.

Si Ud. encuentra un error tipográfico, favor de notificar
a José J. Prats, el editor de esta edición electrónica.
Marqués de Santillana

1. Serranilla
Jorge Manrique

2. A la Muerte del Maestre de Santiago don Rodrigo Manrique, su Padre
Anónimo

3. Romance de Abenámar

4. Romance del Rey Moro que Perdió Alhama

5. Romance de Rosa Fresca

6. Romance de Fontefrida

7. Romance de Blanca-Niña

8. Romance del Conde Arnaldos

9. Romance de la Hija del Rey de Francia

10. Romance de Doña Alda
Garcilaso de la Vega

11. Égloga Primera

12. A la Flor de Gnido
Gutierre de Cetina

13. Madrigal
Fray Luis de León

14. Vida Retirada

15. A Don Francisco de Salinas

16. A Felipe Ruiz de la Torre y Mota

17. Noche Serena

18. Morada del Cielo

19. En la Ascensión

20. Imitación de Diversos

21. Soneto “Ahora con la aurora se levanta”
San Juan de la Cruz

22. Cántico Espiritual. Canciones Entre el Alma y el Esposo
Anónimo

23. Soneto, a Jesús Crucificado
Francisco de la Torre

24. La Cierva
Gil Polo

25. Canción
Fernando de Herrera

26. Por la Victoria de Lepanto

27. Por la Pérdida del Rey Don Sebastián
Juan de Arguijo

28. A Guadalquivir, en una Avenida

29. La Tempestad y la Calma

30. La Avaricia

31. Soneto “En segura pobreza vive Eumelo”
Baltasar del Alcázar

32. Una Cena
Francisco de Rioja

33. A la Rosa
Rodrigo Caro

34. A la Ruinas de Itálica
Anónimo (Atribuido a Andrés Fernández de Andrada)

35. Epístola Moral
Lupercio Leonardo de Argensola

36. A la Esperanza

37. Al Sueño

38. La Vida en el Campo
Bartolomé Leonardo de Argensola

39. La Providencia
Lope de Vega

40. Cancíon

41. Romance “A mis soledades voy”

42. (Sin Título) “Pobre barquilla mía”

43. Judit “Cuelga sangriento de la cama al suelo”

44. Soneto “Suelta mi manso, mayoral extraño”

45. Soneto “¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?”

46. Soneto “Pastor, que con tus silbos amorosos”

47. Temores en el Favor
Luis de Góngora

48. Romance de Angélica y Medoro

49. Romance “Servía en Orán al Rey”

50. Romance “Entre los sueltos caballos”

51. Letrilla “Ande Yo Caliente, y Ríase la Gente”

52. Letrilla “Dejadme Llorar, Orillas del Mar”
Francisco de Quevedo

53. Al Sueño

54. Epístola Satírica y Censoria

55. Memoria Inmortal de Don Pedro Girón, ...

56. Conoce la Diligencia con que se Acerca La Muerte, ...

57. Enseña Cómo Todas las Cosas Avisan La Muerte

58. Letrilla Satírica “Poderoso Caballero es don Dinero”
Esteban Manuel de Villegas

59. Al Céfiro
Pedro Calderón de la Barca

60. Las Flores y la Vida del Hombre
Antonio Mira de Amescua

61. Canción Real de Una Mudanza
Nicolás Fernández de Moratín

62. Fiesta de Toros en Madrid
Gaspar Melchor de Jovellanos

63. Epístola de Fabio a Anfriso
Juan Meléndez Valdés

64. Rosana en los Fuegos
Leandro Fernández de Moratín

65. Elegía a las Musas
Manuel María de Arjona

66. La Diosa del Bosque
Alberto Lista

67. Al Sueño  El himno del desgraciado
Manuel José Quintana

68. A España, Después de la Revolución de Marzo
Juan Nicasio Gallego

69. Elegía a la Muerte de la Duquesa de Frías
Juan María Maury

70. La Timidez
José Joaquín de Mora

71. El Estío
Andrés Bello

72. La Agricultura de la Zona Tórrida
José María Heredia

73. Niágara
Duque de Rivas

74. El Faro de Malta

75. Un Castellano Leal
José de Espronceda

76. Himno de la Inmortalidad

77. Cancíon del Pirata

78. Canto a Teresa
José Zorrilla

79. Introducción a los “Cantos del Trovador”

80. A Buen Juez Mejor Testigo
Nicomedes Pastor Díaz

81. A la Luna
Enrique Gil Carrasco

82. La Violeta
Padre Juan Arolas

83. Sé Más Feliz Que Yo
Pablo Piferrer

84. Cancíon de la Primavera
Gabriel García Tassara

85. Himno al Mesías
Gertrudis Gómez de Avellaneda

86. Amor y Orgullo
Eulogio Florentino Sanz

87. Epístolia a Pedro
Adelardo López de Ayala

88. Epístolia a Emilio Arrieta
Ramón de Campoamor

89. ¡Quién Supiera Escribir!

90. Lo Que Hace el Tiempo
José Selgas

91. El Estío
Ventura Ruiz Aguilera

92. Epístola
Gaspar Núñez de Arce

93. Estrofas

94. Tristezas
Gustavo A. Bécquer

95. Rimas “Del salón en el ángulo oscuro ...”

96. (Sin Título) “Cerraron sus ojos ...”
Vicente W. Querol

97. Carta al Sr. D. Pedro A. de Alarcón, acerca de la Poesía

98. En Nochebuena
Federico Balart

99. Restitución
Manuel del Palacio

100. Amor Oculto

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