
Definitivamente, y aunque aquí lo trate de explicar en clave de humor y con mis propias palabras, existen estudios científicos que demuestran que NO SON IGUALES.
Ya sé, podría remitiros al enlace donde se explica esto desde un punto de vista "razonable" (farragoso, también; los interesados podéis verlo aquí) y hubiera terminado, pero me gustaría explicarlo más coloquialmente y, espero que se note, con el sentido del humor que, supuestamente, me debió acompañar en mi único viaje con la cigüeña.
Y para ello, me gustaría empezar por el cerebro de los hombres. DEJADME QUE SEA DESCORTÉS, es sólo un instante y pasaré enseguida al cerebro de las mujeres, lo prometo o aseguro (no sé jurar).

Pero el cerebro de las mujeres es muy distinto al de los hombres. Aquí, para evitar malentendidos, debo añadir que ni mejor ni peor, pero ciertamente distinto. El cerebro de las mujeres es una caja, y sólo una, que contiene una enorme cantidad de cables. ¡¡¡¿Cables?!!!. Si, cables, y todo esta conectado entre si ... todo con todo. El trabajo está conectado con el hogar, el hogar con el coche, el coche a los niños, los niños a tu madre (su suegra), tu madre con una señal de peligro .... y así, sucesivamente.
¿Y que conecta todas esas cosas? ¿Los cables? Noooo, eso seria demasiado simple y siguiéndolos podríamos llegar a entenderlas. No, eso no puede ser, los cables están ahí como de pega, para que no parezca que la única caja de la que disponen está vacía. Lo que verdaderamente conecta todo con todo en la cabeza de una mujer es una energía especial, de la que ellas disponen "apuntapala", y a la que se le viene llamando "EMOCIONES". Esto es la causa, por ejemplo, de que las mujeres sean capaces, y tiendan inexorablemente, a recordarlo todo, absolutamente todo (por mucho tiempo que haya pasado desde que ocurrieran los hechos). Porque si tomas un evento, y lo conectas a una emoción, se conservara en la memoria para siempre.


Podemos estar con el mando a distancia de la tele accionándolo continuamente sin pararnos en ningún programa, haciendo zaping salvaje. Y claro, .....esto enerva a las mujeres.
- ¡¡¡Paraaaaa!!!, es imposible que estés mirando algo
- ¿Eiiiin?
- ¡¡Y mucho menos que yo pueda seguirte!!
- Ya, pero es que no estoy mirando nada
- Aiiiiins, me voy (algunas añaden "y tú te vienes conmigo, hala vamos")
Hace algunos años, la Universidad de Pennsylvania (otras más cercanas como la de Carlos III en Madrid, también, y que analizó a 949 paisanos nuestros de 8 a 42 años), hizo un estudio y descubrió que los hombres tienen la rara habilidad de poder no pensar en nada, nada de nada, absolutamente en nada, .... y aun así, respirar (algunos incluso pestañean o se tocan los coj...). Pero sin estar muertos, vaya. Las mujeres no pueden hacerlo (o no quieren, no se sabe aun muy bien). Lo cierto es que su mente nunca se detiene, nunca descansa. Ademas, no disponen de la famosa "Nothing Box". Y esa diferencia, bastante de las veces, las vuelve locas. Nada enloquece más a una mujer, nada la irrita más, que ser testigos de un hombre practicando su actividad favorita: el no hacer nada.
Algunas mujeres dicen: "Jo, .... ¡¡cómo me gustaría entrar en esa caja que tienen los hombres y arreglar el asunto de una vez por todas!! Y entrarían si, pero ¿que dirían?: "¿Sabes que?, que a esta caja le faltan algunas fotos, .... y aquí estaría muy requetebién una mesita, unas cortinas y unas flores".

También tenemos formas distintas, mujeres y hombres, de manejar o gestionar nuestros respectivos estrés. Cuando un hombre está estresado, lo que mas le apetece es ir a su famosa y querida Caja de la Nada, su balsamo reparador. Cuando un hombre se encuentra manejando esta caja, en estado vegetativo, suele recibir una pregunta de su pareja:
- ¿En qué estás pensando?
- En nada
Esto suele descolocar a la par que irritar (por desconcertante) a la mujer que le apremia:
- ¡¡¿Como puedes estar pensando en nada?!!. En algo debes pensar, ¿no?
- Pues no, no estoy pensando en nada
- mmmm, eso es imposible, eres un caso raro de narices
Sin embargo, cuando la mujer está estresada, tiende a contarlo. Si no lo hiciera, su cerebro, sencillamente, explotaría. Y eso nunca se ha dado, ¿verdad?. ¿Y por qué nunca se ha dado? (Ni siquiera se dio esa leyenda urbana que afirmaba que las tetas de la Obregon estallaron a no sé cuantos pies de altura por la presión atmosférica, figuraos ésto). Pues si no estallan sus cabezas es porque lo cuentan, abiertamente o dando sólo pistas, que esa es otra. Mejor que los que la rodeen en ese momento se den cuenta, pero si no es así no importa, ya se encarga ella de proclamarlo a los cuatro vientos y que se note. Tal vez por eso, existen dos cosas que le molestan a la mujer cuando está estresada:
1).- Que la pregunten por qué está estresada
2).- Que no la pregunten por qué está estresada
Y tal vez por eso también, los hombres nos vemos obligados a interesarnos por los problemas de las mujeres que figuran en nuestro ámbito de responsabilidad cuando advertimos/nos advierten de que tienen algun problema. ¿Interesarte por los de la vecina del cuarto?. Nooooo, ¡¡¿estáis locos?!!. Eso mejor dejárselo al vecino del cuarto, no fastidiéis. Cada cual con su responsabilidad, que cada palo aguante su vela.
Los hombres suelen contarle sus problemas a otro hombre de su confianza, aunque nunca problemas de alcoba (esto ultimo, a su Caja de la Nada si procediera). Pero las mujeres son menos selectivas para esto, y cuentan con multitud de "asesores" aunque, que les haga caso a alguno de ellos, ya es otro cantar. Chicos, me lo ha dicho un pajarito, y estoy por creerle: cuando os sintáis obligados a ayudar a una mujer con sus problemas, limitaros a escucharla. Entrenad si es necesario, pero sólo limitaros a escucharla. Puede que, siguiendo una lógica lógica (valga la aplastante redundancia), creáis que debéis hacer algo .... pero uooo, uooo, uooo, ERROR, crasso error. Tened en cuenta que no quieren tu consejo, ni siquiera tu ayuda o que hagas algo, sólo quieren que te calles y escuches (si puede ser, con cara de atención mejor, que lo notan).

PD/ Supongo que, a la hora de leer estas reflexiones (que hay que leer, dicho sea de paso y como expliqué al principio, con sentido del humor; al menos, con sentido del humor se han querido escribir), se ha producido un doble alineamiento, dos bandos con muy parecido numero de efectivos. No me preocupa la adhesión de los hombres, adhesión que doy por cierta o al menos supuesta, lo que me preocupa es la (presunta y posible) animadversión de (algunas de) las mujeres. Sed comprensivas y magnánimas conmigo, porfa. Si en el fondo (algun@s sabéis que) soy majete ...