Últimamente se habla mucho de los micromachismos. Y existen, claro que sí. Pero al lado de éstos, que por supuesto hay que combatir y no esperar a que el simple paso de generaciones los vayan eliminando ya que parece que no es muy efectivo, están surgiendo, no se sabe muy bien en aras de qué, otros fenómenos que podríamos denominar maxifeminismos. Y algunos, tan requetecuriosos como los ortográficos u orales.
Supongo que (los que me conocen bien ya) habrán apreciado mi "rarita" misoginia selectiva, esa que hace que no me gusten ciertas mujeres. ¡¡¡¿Tooooodas?!!!. Noooo, un porcentaje pequeño de ellas similar al de los varones. Unicamente me muestro misógino con las hembras que son malas personas, esas que se creen reinas pero que sólo son "un bicho". Y haberlas, haylas, por pura lógica y estadística básicas.
Eso hace que no tenga inconveniente en no resultar "políticamente correcto" (por favor, que nunca tenga ese defecto) y en pronunciarme sobre lo que se supone que son guiños feministas, cuando en realidad sólo son gilipolleces gramaticales mayúsculas. Uyyyys, ¿he sido duro en el comentario?. Bueno, intentaré explicarme y a lo mejor (los bienintencionados), terminareis entendiéndome.
Soy de los que estudié la E.G.B. ¿Pude elegir?. Pues no, es lo que me tocó. Y la estudié en una época cuyo lema era "la letra con sangre entra" (los números y "otras cosas" también, añado yo). No defenderé el lema, como es obvio, pero si defenderé el sentido común, ese que no es tan común en nuestros días. Por ello, dejando de lado los tremendos defectos de la educación de aquellos años y que no adjetivaré por no ser el motivo de este post, si que quiero poner en relieve el tremendo valor que se le atribuía al Maestro (concepto que supongo que será mas amplio y superior al de profesor) y, sobre todo, el profundo interés de los críos por adquirir los conocimientos básicos. En el caso que ahora me ocupa: los conceptos ortográficos.
Soy de los que empece a estudiar cuando en la Escuela se primaba el esfuerzo y el conocimiento por encima de todas las cosas, y no las estadísticas de aprobados y el bienquedismo mediático. En Primaria estudiábamos Lengua , Matemáticas , Ciencias ..... y dentro de la Lengua se hacia el suficiente hincapié en la Ortografía, hasta el punto que mi madre (ahora la entiendo perfectamente; entonces .... mmmm no tanto, lo reconozco) antes de dejarme ir a jugar a la calle, curioso lugar de encuentro que se va perdiendo poco a poco, me ponía tarea. Sobre todo, Ortografía y "hacer cuentas" a cascoporro. Tal fue el caso, tal fue el empeño de mi progenitora (muuuuuakis), que cuando llegué a 2º de la E.G.B., al ver mi Maestro que disponía de los conocimientos que se impartirían durante todo ese curso, me hizo pasar a 3º. Así, sin anestesia, y sin el menor de los escrúpulos.
Consecuencia: supe Ortografía y Matemáticas básicas desde muy temprana existencia. ¿Significa eso que no cometo ningún fallo ortográfico?. Pues (supongo que no, que puedo sufrir algún despiste, pero) me suelen decir que escribo bastante bien en lo que a las formas se refiere. En cuanto al fondo, todo es opinable y, como tengo altas dosis de tolerancia y de pasotismo casi en la misma proporción, sobrellevo las criticas divinamente, las buenas y las malas, las constructivas y las destructivas.
Pero volvamos a la Ortografía y al estúpido feminazismo que sobrevuela en nuestros días, doctrina que no hay que confundir con la progresía común ni, mucho menos, con la lógica igualdad de derechos entre géneros, sino con la profunda ignorancia y con el poco respeto por la cultura. En 6º de Primaria, por ejemplo, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o faltas en cuanto a tildes, recuerdo que te bajaban la nota o te suspendían, directamente, aunque el examen fuera de Ciencias. ¡¡¡¡Y bien hecho que estaba!!!. Posteriormente, se nos impartía Historia de España, Latín, Literatura, Filosofía ..... Leímos El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leímos las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, la Biblia (en mi caso particular, mucho mas que algún creyente; lo siento, no puedo pasar por alto hacer mención a esta circunstancia), a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda ... Ni que decir tiene que algo de esas lecturas y del idioma castellano se nos quedaba.Pero, sobre todo, aprendimos a hablar y a escribir con corrección. Aprendimos a darle la verdadera importancia a la Lengua, a valorar y a respetar nuestra historia y nuestra cultura. Es por eso que, algunos de los que vivimos todas esas experiencias, no terminamos de entender ese afán de darle patadas al Diccionario en aras de no se sabe muy bien qué.
Para intentar hacer ver lo nefasto de estas modas lingüísticas actuales (parecidas a las de nombrar determinadas ciudades como LLeida, A Coruña, Girona, ect ... o a determinadas instituciones como Generalitat, Consello, ...cuando se habla en castellano) me ciño a lo que se llaman, aun hoy, participios activos derivados de los tiempos verbales.
El participio activo del verbo atacar es "atacante"; el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir, "existente"; ....y así, sucesivamente. ¿Y cuál es el del verbo ser?. Pues es "ente", que significa "el que tiene identidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a éste la terminación "ente". Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta", independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción. De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice "estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta"; "paciente", no “pacienta"; "dirigente", no dirigenta"; "residente", no "residenta”. Y ahora, la pregunta: ¿por qué nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"), hacen tan mal uso de la lengua? ¿Por motivos ideológicos o por pura ignorancia de la Gramática de la Lengua Española?. Creo que por las dos razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (e ignorantas), a ellos y a quienes les escuchan sin un mínimo de conocimiento previo.
Como a mi me chirriá todo esto (rarito que es uno, ya lo comenté en el primer párrafo de este post), os propongo que tengáis en cuenta estas consideraciones no caprichosas, que no son mias (lo prometo), y paséis el "mensaje" a vuestros amigos y conocidos, con la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas"), aunque ocupen carteras ministeriales. Lamento, sobre todo, haber aguado la fiesta a un grupo de hombres variopintos que, torpe y equivocadamente, se han asociado en defensa del género complementario (que no, contrario) y que, incluso, han firmado un manifiesto por la igualdad, también, en la gramática. ¡¡¡Venga hombre(s)!!!. No son estos, precisamente los términos machistas que hay que eliminar de nuestro lenguaje, porque no lo son. Machista es llamar zorra a quien goza de su cuerpo estando en su derecho y no haciendo daño a nadie (más bien al contrario), al tiempo que llama machote a quien hace lo mismo, sólo porque es varón. Eso es machista, y existen muchos múltiples ejemplos de maltrato al género, ejemplos que, por cierto, son atribuibles tanto a hombres como a mujeres a partes iguales.
Termino por decir que, algunos de los "firmantos" del manifiesto de marras, serian dentistos, poetos, sindicalistos, pediatros, el pianistos, golfistos, arreglistos, funambulistos, proyectistos, turistos, contratistos, paisajistos, taxistos, artistos, periodistos, taxidermistos, telefonistos, masajistos, trompetistos, violinistos, maquinistos, electricistos, oculistos, o policíos del esquino. Pero, y sobre todo, ¡bastantes idiotos!.
Poner sexo a las palabras, forzarlas con calzador a que terminen en "a" para que no vislumbren discriminación por razón de sexo, provoca, muchas veces, el efecto contrario, y me suele recordar al consabido "tú de rosa y yo de azul", casposo donde los haya.
Para destensar, después de todo esto, os invito a escuchar una joyita de los 70, la Habanera del Primer Amor, (un amor algo precoz para mi gusto...) de las maravillosas y añoradas Vainica Doble. A recordar, a disfrutar ..... y a reflexionar.
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