Durante días, semanas, o incluso años, puede que hayas estado errado (sin hache) respecto a una frase, eventualidad o idea con la total convicción de que era correcta. Y probablemente pocas veces te hayan corregido, o tal vez lo han hecho, pero no lo suficientemente a tiempo como para ahorrarte un mal momento. En este post expondré algunos errores que, de pequeños, se creen como verdades absolutas. Y de mayor, cuando sales del error, se recuerdan y se confiesan entre risas:
