¿Podemos saber cuánto le queda a una relación
(o, al menos, en que momento se halla) dependiendo de la peli que veas
con tu chica y de las circunstancias que
rodeen el momento? Bueno pues, aunque parezca inverosímil, (casi) si.
Lo sé, lo sé; no parece un método muy científico, pero procuraré que lo
parezca y que tenga "su lógica".Para poder ilustrar todo esto, lo siento, tengo que empezar por contar una de mis "batallitas". Y es que tengo una anécdota de la juventud (divino tesoro) que puede servir de preámbulo de lo quiero llegar a formular. Resulta que contaba yo con 22 añitos y una amiga mía de Universidad y compañera de piso, uno mas. Ambos, residentes por entonces en Sevilla al principio de esta "democracia" nuestra. Ahí es na. Y resulta que mi amiga y compañera de estudios y de piso se
Pues bien, después de esa primera cita desenfrenada y lujuriosa, y debido a que los dos procedían de escuelas conservadoras (y no "sellaban" con cualquiera; al menos, era lo que venían haciendo), él le propuso a mi amiga I que volvieran a verse. Es más, que volvieran a verse a solas, rollo cita "formal". I accedió a la petición de J. Y es ahora cuando entro en materia después de todo este catártico
preámbulo que puede
resultar sin sentido. Mi amiga, de tipología absolutamente tímida pese
al devenir de su primera cita, soltó una de las frases del universo
femenino que se me quedarían tatuadas en la memoria como con un marcador
de reses, como con aceite hirviendo o como determinados fragmentos de
calcomanías baratas: “No sé qué plan decirle, porque si quedamos para
cenar me verá comer, ¡¡con lo que como!!; pero por otra parte, si no
cenamos, tendré que hablar y me da vergüenza; no se que decir”. Esa
chica, para mi sorpresa, no confiaba para nada en su dialéctica. Yo,
desde el máximo de sinceridad del que era capaz, la tranquilizaba en ese
sentido, pero no había manera de convencerla.Y es que es verdad. Muchas veces no sabe uno que hacer cuando ha visto más tiempo a su partenaire desnud@ y en condiciones lamentables, que compartiendo una animada charla. Es por ello que mi amiga I, creyéndose cargada de cierta razón, eligió una solución en la que abogaba por una cita silenciosa, razón por la cual, se amparó en el cine, la madre de todos los tórtolos desamparados, el pegamento social mágico de todo inicio dubitativo, el albergue oscuro donde coger carrerilla, apego y confianza. Lo que vino después es irrelevante para lo que quería contar y por ello lo omito. Ya me lo agradecerán, supongo.
El asunto es que yo quería llegar hasta el cine y hablar de como las parejas se relacionan con él. Vaya por anticipado que, para dotar de significado a las sucesivas fases, expondré todas las que caben en una relación que se inicia, se desarrolla, y muere. Vale, que a todas las relaciones no les pasa esto. Pero podemos concluir que, si no muere, la pareja se queda en alguna de estas fases intermedias, o las va intercalando recorriendolas hacia arriba o hacia abajo eternamente. Ahí va el decálogo de las diferentes maneras de relacionarse con el celuloide dependiendo del estadio relacional en que te encuentres. A saber:
1. Vais al cine por timidez: Me remito al párrafo anterior. Era la solución que I consideraba valida al principio. Y es un lugar valido porque no se puede hablar a menos que no te importe que los demás espectadores te chisten y, si no quieres que elementos intrusos te colonicen la dentadura por lo que pueda pasar, pues con no pedir palomitas, lo tienes apañao. Esta fase viene a durar un par de citas.
2. Quedáis en casa "para ver una peli": Esto es un paso más avanzado.
Si ella acepta es que que te va a permitir al menos una segunda base,
que no es poco. Lo normal es que desprendáis tantas hormonas que no
superéis los títulos de crédito del principio. Esta fase viene a durar
un par de meses.3. Quedáis en casa para ver una peli, ya sin comillas: La veis del tirón. Suelen ser rollo dogma escandinavo o muy antigua en blanco y negro. Si os descuidáis os perdéis los subtítulos, así que el enrolle, si aun quedan hormonas saltimbanquis, viene necesariamente después. En esta etapa, la mayoría de las veces ya te da tiempo a quitarte los calcetines, con el consiguiente agrado para la fémina que siempre han visto ridículos a los varones en pelotas y calzados, y con el consiguiente mantenimiento de la libido de ella, a pesar de que te estén empezando a salir entradas. Tiempo estimado: algunos meses más.
4. Luego ya veis peliculas de peleas y/o de amor, que son las que os gustan de verdad. Se puede decir que ya no tenéis secretos filmográficos y os confesáis vuestros frikigustos respectivos sin
5. Se muda a tu casa y comenzáis a ver programas de la tele mientras cenáis. Ya no os mola tanto eso de descargar películas por internet, ademas, para terminar discutiendo que película elegir ..... Os escudáis en 'Tú si que vales' o en 'Mira quién baila', que a saber lo que seguiran poniendo luego. Comenzáis a caer en la rutina, en el encefalograma
plano. Ella te dice
que estás echando barriga. Tú le respondes, que ya nunca quiere
"alegrarse" el cuerpo tan de seguido. Es la famosa primera crisis. Dura
hasta que alguien os dice que es "famosa primera crisis" y entonces te
das cuenta de que no pasa nada, y que si tus padres la superaron (por
eso estás tú en este mundo), tú también. Te llenas (y llenas a tu pareja
también) de Espíritu Santo y decides apostar por lo vuestro, así que
compras las seis primeras temporadas de 'Cómo conocí a vuestra madre'. A
partir de aquí, la duración de las fases es mas indeterminada. No lo
mencionaré por temor a equivocarme.6. ... comenzáis a ver capítulos de series que sólo duran 20 minutos, lo cual os permite no forzar un pause de índole sexual en lo que puede
considerarse vuestra
segunda luna de miel. Os reenamoráis con la misma velocidad que les
sucede a los personajes de la ficción. ¡¡Que bonito un reencuentro
después de un desencuentro, eh!! "Esos somos nosotros, cari", y os
besáis muy fuerte en la boca, como al inicio de vuestra relación. Y como
estáis muy contentos, os da lo mismo que ver o si lo veis; el caso es
estar juntos. Os zampáis serie tras serie compulsivamente, en pocas
semanas en concreto, que es lo que dura cada clímax pasional en esta
fase. Cada emparejamiento, una nueva luna de miel.7. Ahora es el momento en que pasáis a ver 'Mad Men' o 'The Wire' y otras pamplinas lentísimas porque habéis llegado a un estado de sensatez relacional en el que pensáis que comprar vino bueno de 6 euros (o Lambrusco, que os gusta a los dos) es la manera en la que se
consolida el amor maduro, el
pausado, que es como un jardín precioso que hay que regar. El tedio
vuelve a la carga pese a los momentos de gran efervescencia
intelecto-emocional de los comienzos de esta fase. Ninguno de los dos se
atreve a decirle al otro que la película que elige (el otro) es lo más
aburrido que ha visto en su vida. Os empezáis a morder la lengua y a
ocultar cosas. Llegados a esta meseta en vuestra relación, esta
sensación se instala en vuestro subconsciente, y dura para siempre ya.
Es transtemporal y solo se puede permanecer en ella o bajarla; no hay
mas (ánimo, que ya quedan solo tres etapas).8. Volvéis a ir al cine como volvéis a tomar copas en el bar de abajo. Es la famosa segunda crisis, que llega cuando llega. No hay termino fijo. Que uno de los dos, y, mucho más difícil, que los dos simultáneamente tengáis ganas de yacer con brío es una entelequia tan inverosímil, que hay que buscar esteroides emocionales supletorios. De repente te sorprendes comprándole flores y replicando rituales de los comienzos. O te sorprende haciéndote "comiditas" como al principio, ¿recuerdas?. Os engañáis durante un tiempo, pero esto dura poco.
9. ... hasta que os separáis. Ha sido una buena pareja, puede que de las
10. ... que puñetera, en la mudanza de ruptura se quedó todos los DVD’s favoritos de tu filmografía; no discriminó, no tuvo tiempo ni ganas. Y vuelta a empezar.



